Manifiesto por la Venezuela Libre

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MANIFIESTO POR LA VENEZUELA LIBRE
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Nosotros, representantes de diversas organizaciones de la resistencia venezolana, representantes de diversos sentires y posturas, pero todos, con el pecho henchido por el dolor de una patria humillada y destruida, emitimos la siguiente declaración:

Venezuela ha sido invadida por diversos intereses extranjeros, no solo países que actúan como potencias coloniales, sino grupos irregulares que hacen vida en el país, con la aquiescencia de la tiranía que ejerce el poder y la complicidad traidora de los actores políticos que se hacen llamar de la oposición.

Los venezolanos han confiado en ese grupo, que se auto-definió como oposición, sin darse cuenta, por mucho tiempo, que no tenía ningún deseo de generar un verdadero cambio, no pretendieron nunca realmente liberar al país. Más aún, han sido partícipes de múltiples actos de corrupción en los cuales han expoliado riquezas que equivalen varias veces al plan de recuperación para la Europa de la postguerra, comúnmente conocido como el "Plan Marshall", mientras Venezuela se empobrece y muere de mengua, entre las riquezas mal habidas. Hasta recursos de ayuda humanitaria, entregados por la comunidad internacional para tratar de ayudar a los venezolanos a sobrellevar esta tragedia, que para muchos venezolanos representaban la diferencia entre vivir o morir, han sido sustraídos, con el trágico resultado esperable.

La última de sus acciones falsarias, ha sido el "gobierno interino de Juan Guaidó, con el cual llenaron de esperanza a un pueblo que desesperadamente necesitaba creer en alguien para no morir de decepción, abatimiento y abandono. En esta farsa, los políticos de la traición, agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática y el Frente Amplio, destruyeron las dos únicas opciones de resultado inmediato que existían, la acción militar internacional, que impidieron abiertamente y la opción militar nacional, que arruinaron en una extraña operación que desde el principio, no tenía posibilidades de éxito. Además de ello, han traicionado múltiples intentos de militares patriotas que, recordando el juramento de defender la patria, aún a costa de la vida, fueron entregados a los órganos represivos de la tiranía, siendo encarcelados, cruelmente torturados, muchos, asesinados y algunos desaparecidos.

Solo han buscado opciones de convivencia con la peor organización criminal que América ha conocido. Son sus aliados, los represores, los asesinos de los venezolanos y también quienes han participado descaradamente en el robo del tesoro público. Estos políticos que se hacen llamar opositores, desprecian a la resistencia y la entregan en las garras de los esbirros de la tiranía, para que desaparezcan y no causen más inconvenientes a sus inconfesables planes, pero mantienen una unión que el honor no puede aceptar, con algunos de los personajes más abyectos de la tiranía, seres que tienen no solo sus manos manchadas de sangre, sino todo su cuerpo y su conciencia, seres que son responsables de miles de asesinatos, encarcelamientos y torturas, por acción o por omisión, al encubrir los crímenes ocurridos. Han dicho hasta la saciedad, que los sepultureros de Venezuela, tienen cabida en un gobierno conjunto con ellos. El honor y la dignidad de Venezuela no pueden ser manchados hasta ese nivel.

El régimen tiránico ha cerrado toda opción electoral, ya que no solo ha violentado las estructuras legales, dando un golpe de estado el mismo año de 1999, con la complicidad criminal de diversos actores de la oposición, derogando por vías ilegítimas la Constitución Nacional y en cada proceso electoral subsiguiente, ha empleado el ventajismo, el fraude y la extorsión para asegurar la victoria, y en las ocasiones en las cuales no les ha sido posible mantener la victoria, mediante subterfugios insostenibles en el derecho, pero apoyados por un poder judicial compuesto por juristas del horror, han eliminado cualquier victoria del pueblo venezolano.

Cualquier opción negociada está descartada. La tiranía se ha encargado de demostrar que su palabra no tiene el mínimo valor, no tratamos con gente de honor, han violentado los acuerdos alcanzados con la facilitación de diversos países y entes internacionales. Después de haber mentido durante todo este período, ha de quedarnos claros, que el régimen tiránico no tiene disposición alguna para cumplir sus promesas.

El pueblo participó en múltiples protestas durante los últimos veinte años y el resultado siempre ha sido el mismo, represión, mediante el asesinato de simples ciudadanos que solo expresan su opinión, como los más básicos derechos naturales del hombre lo contemplan, además del encarcelamiento y tortura de los prisioneros. Todos y cada uno de ellos, son nuestros hermanos, y toda esa sangre derramada, ha sido traicionada por actores políticos en los cuales nuestros mártires confiaron, por cuanto los convirtieron en fichas de negociación para obtener prebendas del gobierno, pagadas con sangre de patriotas y libertadores.

Es claro que no existen órganos de gobierno en Venezuela, no existe un poder ejecutivo nacional, solo organizaciones criminales con fachada política que alegan ser el gobierno, no solo sin ejercerlo, sino además, sin legitimidad alguna para hacerlo.

Tampoco existe un poder legislativo ni un poder judicial nacional, ya que han finalizado sus períodos constitucionales y no hay forma alguna de nombrar nuevos poderes, incluso dentro de lo establecido en la ilegítima constitución del chavismo, aprobada en 1999 y mucho menos, en la legítima Constitución vigente desde 1961. Lo mismo puede decirse de los poderes públicos regionales y locales.

Venezuela se encuentra en un estado de acefalía total y quienes deberían estar llamados a actuar, han decidido traicionar a la Patria, aliándose con el enemigo para la destrucción de nuestro país.

El artículo 250 de la Constitución legítima, establece textualmente "Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o fuere derogada por cualquier otro medio distinto del que ella misma dispone. En tal eventualidad, todo ciudadano, investido o no de autoridad tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia." Nosotros, ciudadanos de la República de Venezuela, conscientes que para ser un ciudadano se requiere asumir la responsabilidad por la nación, reclamamos ese deber constitucional para nosotros.

Pero no solo es un deber, esta acción se encuentra fundamentada en la declaración de independencia de nuestro país, acta de nacimiento de la República de Venezuela, la cual expresa que nuestros opresores han sido sordos a nuestros gritos exigiendo justicia, declarándonos a todos criminales y haciéndonos pagar con la infamia, el cadalso, la mazmorra y la confiscación, nuestra exigencia de una Venezuela libre.

Es nuestro derecho natural la resistencia a la opresión, destruir todo pacto de gobierno que no cumpla las funciones para las cuales fue establecido, y en este caso, más que no cumplir, han sido la piedra fundamental de la opresión y la humillación que sufre nuestra Venezuela. Y es también nuestro derecho natural, el ser libres, como individuos y como nación, sin sujeción a ninguna sumisión humillante, sin que ninguna bandera distinta al tricolor de las siete estrellas ondee en Venezuela, con la salvedad de las excepciones diplomáticas.

Venezuela debe ser un territorio donde para todos, tanto nacionales como extranjeros que se acerquen como amigos, han de existir los derechos fundamentales de vida, libertad y propiedad, donde la seguridad de la persona y la seguridad jurídica, sean una norma fundamental y la igualdad, representada por el hecho que todos los individuos sean sometidos a la misma ley, sea una norma fundamental de acción pública.

Por ello, renunciamos para siempre a considerar al chavismo como una organización política, a buscar soluciones meramente políticas a la actual situación de opresión de nuestra nación y a considerar a los grupos que se hacen llamar políticos y de oposición, como una alternativa al régimen tiránico que oprime a Venezuela.

Para ello, y fundamentados en los derechos innegables del hombre y del ciudadano a la libertad, contemplados en la declaración de independencia, nos constituimos como una Junta Patriótica en el exilio, con la única y exclusiva función de liberar a Venezuela de las cadenas que la oprimen. Juramos que Venezuela volverá a ser por siempre libre, porque esa es nuestra razón de ser y juramos hundirnos en el mar antes de pactar con los opresores de nuestra patria, tanto los miembros del régimen tiránico, como los traidores que haciendo creer al mundo que luchan por la libertad de Venezuela, solamente protegen a la tiranía, a costa de la sangre de los venezolanos.

¡Viva Venezuela Libre! ¡Muerte a la tiranía!

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