Colombian mother faces deportation that would take her away from her 4-year-old daughter.

Spanish below**

My name is Diego, I am a Canadian citizen, I make this request so it can be heard by the Government of Canada. To be evaluated in a way that the final decision does not allow the breakdown of my family, separating my partner Diana from my life and that of her 4-year-old daughter.

On February 17, 2021, my partner Diana received a notice from the Canada Border Services Agency, to enforce the deportation order that she is facing, after years of long and exhausting immigration battles, searching for all possible legal avenues, in order to find a positive resolution to her immigration status.

Diana is Colombian, she came to Canada in 2014, fleeing the violence of her native Colombia.

In August 2016, Diana gave birth to Dominique, a Canadian citizen, a year later she separated from her daughter's father. Diana and I began our romantic relationship more than 3 years ago. In December 2019 we began to live together as a family, including her daughter who has been always by Diana's side. During all this time we have strengthened all our affective daily personal ties. Our relationship has made us dependent on each other in order to move on with our lives.

Diana has a scheduled deportation date for March 12, 2021, our attorney has made a request to the Canada Border Services Agency, to stop the order as we have been a couple for a long time.

The deportation of Diana would be alone, without her daughter, the love of her life. The girl would be left in charge of her biological father, and far from her maternal love, love that only a mother knows how to give. For the little girl, if her mother is forced to leave Canada, it would mean a fracture of her family structure, which gives her security that covers all her needs.

An irreparable rupture that would leave psychological trauma with repercussions on the well-being and development of the child. What would it be like to wake up one day and not have her mother by her side? How do you explain to a 4-year-old girl, that her mother cannot protect her anymore, because she is forced to leave the country?

The uncertain time that we live in, when we think that Diana will have to return to Colombia affects the whole family. For no one is a secret that Colombia is going through an unsustainable historical moment in which death, fear, and kidnappings are common. In addition to this shocking reality, at this time there is an absence of efficient health services to provide care for those who contract Covid-19. Which has reached very high rates of infections and loss of human life. This makes Colombia a place that offers no guarantees for a healthy life, for a vulnerable person who left her country precisely because of the violence, and who has spent years living in another country, where she has had the opportunity to organize her personal and family life.

As a Canadian citizen, I cannot understand how the entities that should provide support, help and protection for me and my family, are the ones determined to separate, destroy and end my family life.

We understand that the decisions of justice are not always what we expect, that many times, our life has no meaning for those who make decisions, but that is why I write this letter, with this anguish and fear, feelings that cover me when I think about what would happen if our family become separated.

This process has been devastating, there is no time of day that I don't think about when it will end. Every day that passes is closest to the date for Diana's deportation, the agony grows because I would not only lose my life partner, my love, I would also lose the beautiful relationship that I have established with Diana's daughter, whom I love as if she were my own daughter, and to whom my family has opened their hearts and provided a place in their home.

We are human beings who love each other and who love how we live and feel in Canada, a country that opened its doors, and to which we want to contribute to the construction of an exemplary society for the world.

We hope and trust that Canada, will provide us with the opportunity we dream of so much, and allow us to complete our marriage application and never part as a family.

 

Español

Madre colombiana enfrenta deportación que la alejaría de su hija de 4 años.

 

Mi nombre es Diego, soy ciudadano canadiense y hago esta petición para que pueda ser escuchada por el gobierno de Canada, y pueda ser evaluada de manera que no permitan el rompimiento de mi familia, separando a mi pareja Diana de mi vida y de la de su hija de 4 años.

El 17 de febrero del 2021, mi pareja Diana recibió un llamado de la agencia fronteriza para poner en ejecución la orden de deportación que ella está enfrentando tras años de largas batallas migratorias y agotando todos los caminos legales posibles, en busca de una resolución positiva a su situación migratoria

Diana, es colombiana, y llegó a Canadá en el 2014, huyendo de la violencia de su país natal Colombia.

En agosto del 2016, diana día a luz a Dominique, ciudadana canadiense, y se separó del padre en el 2017. Diana y yo empezamos nuestra relación sentimental hace más de 3 años, y en diciembre del 2019 empezamos a vivir juntos como familia y durante todo este tiempo hemos afianzado todos nuestros lazos afectivos, personales y cotidianos. Nuestra relación ha hecho que seamos dependientes el uno del otro para poder seguir adelante con nuestras vidas.

A Diana le han agendado una fecha de deportación para marzo 12 del 2021, nuestro abogado y representante ha hecho la petición a la agencia fronteriza para detener la deportación mientras la aplicación de petición como pareja es aprobada.

La deportación de Diana seria sola, sin su hija, el amor de su vida. La niña se quedaría a cargo de su padre biológico, y lejos de su amor materno, amor que solo una madre sabe prodigar, distante de los valores y saberes que solo se aprenden en el seno familiar. Para la niña que su mamá sea obligada a dejar Canadá significaría una fractura de su estructura familiar que le da seguridad y le cubre todas sus necesidades, una ruptura irreparable que dejaría traumas psicológicos con repercusiones en su bienestar y desarrollo. ¿Cómo sería levantarse un día y no tener a su mamá a su lado? ¿Cómo se le explica a una niña de 4 años que su mamá no puede protegerla más porque está obligada a abandonar el país?

La incertidumbre que vivimos al pensar que Diana deberá volver a Colombia afecta a toda la familia, para nadie es un secreto que Colombia atraviesa un momento histórico insostenible en los que la muerte, el miedo y los secuestros son comunes. Adémas de esta impactante realidad, en este momento hay ausencia de servicios de salud eficientes para prestar atención a quienes contraen Covid-19, que ha alcanzado altísimos índices de contagios y pérdidas de vidas humanas. Esto hace de Colombia un lugar que no ofrece ninguna garantía para una vida sana de una persona vulnerable que abandono su país precisamente por la violencia, y que lleva años viviendo en otro país donde ha tenido la oportunidad de organizar su vida personal y familiar.

Yo como ciudadano canadiense, no alcanzo a entender como las entidades que deben prestar apoyo, ayuda y protección para mí y mi familia, esta empeñadas en separar, destrozar y acabar con mi vida de esta manera. Entendemos que las decisiones de la justicia no son siempre las que nosotros esperamos, que muchas veces, nuestra vida no tiene significado para quienes toman las decisiones, por eso esta carta la redacto con el sentimiento de angustia y temor que me cobija al pensar todo lo que perdemos como familia y como personas si nos separan.

Este proceso ha sido devastador, no hay hora del día en la que no piense cuando va a acabar. Cada día que pasa y se acerca la fecha para el viaje de Diana, la angustia crece porque yo no solo perdería a mi compañera de vida, a mi amor, también perdería la bella relación que he entablado con la hija de Diana a quien amo como si fuera mi propia hija, y a quien mi familia le ha abierto el corazón y proporcionado un lugar en su hogar. Somos seres que se aman y aman como viven y se sienten en Canadá, país que abrió sus puertas y al que queremos aportar en la construcción de una ejemplar sociedad para el mundo.

Esperamos y confiamos que Canadá nos brinde la oportunidad que tanto soñamos y nos permita completar nuestra aplicación de matrimonio y nos separe nunca como familia.