Si a la AUTOPISTA ELEVADA de Ruta 22 en Gral. Roca y Cipolletti

Si a la AUTOPISTA ELEVADA de Ruta 22 en Gral. Roca y Cipolletti

Iniciada
8 de mayo de 2021
Petición para
Claudio Di Tella (Intendente de la Ciudad de Cipolletti) y 10 otros/as
Firmas: 1.801Próximo objetivo: 2.500
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Por qué es importante esta petición

Iniciada por Francisco Sevila

Los abajo firmantes solicitamos al gobierno nacional que escuche y tenga en cuenta nuestra petición de que se siga adelante con el proyecto de ampliación de la Ruta Nacional 22 diseñado en forma de autopista a su paso por las localidades de Cipolletti y General Roca, entendiéndose como AUTOPISTA: "Una vía multicarril sin cruces a nivel con otra calle o ferrocarril, con calzadas separadas físicamente y con limitación de ingreso directo desde los predios frentistas lindantes" según el Artículo 5 de la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449 y que por tanto, NO se modifique el proyecto con el objetivo de hacer una avenida urbana con semáforos y rotondas en lugar de la autopista. Puesto que una avenida semaforizada, propuesta por ambos municipios es insuficiente para el flujo vehicular que hoy posee la región del Alto Valle.

Lamentablemente, el proyecto de la creación de una autopista para la región del Alto Valle encontró desde su concepción, fuertes detractores, la mayor parte de los cuales están en las altas esferas del poder tanto municipal como regional. Estos detractores desean por el contrario, hacer una multitrocha simple, con cruces a nivel solucionados por semáforos o por rotondas cuando está demostrado que hacer este tipo de cruces en una via de comunicación fundamental, simplemente es un gasto de dinero para seguir teniendo a futuro y a mediano plazo el mismo tipo de problemas que se tienen con una carretera convencional. A saber, demoras, embotellamientos, choques en las intersecciones o desde atrás en los semáforos, los cuales pueden llegar a ser fatales especialmente si involucran vehículos pesados, los cuales abundan en la Ruta 22. En resumen, una serie de condiciones estresantes para todos los usuarios de la Ruta 22, cuyos motivos para utilizarla son tan diversos como sus procedencias. Ya que conviene recordarles a quienes impiden la construcción de la autopista; que no son únicamente los roquenses o los cipoleños los que utilizan la ruta. Si no que somos todos, tanto valletanos como quienes transitan de paso, los afectados por las decisiones que toman los políticos.

Y es que pese a que es una de las rutas más transitadas del país y que es la vía de comunicación fundamental del Alto Valle rionegrino, especialmente porque la nuestra es una región que se caracteriza por los frecuentes movimientos diarios de personas entre las localidades que la componen (siendo yo y muchos de los firmantes parte de ese grupo de gente que nos debemos trasladar diariamente entre localidades). JAMÁS SE CONSULTÓ NUESTRA OPINIÓN SOBRE EL DISEÑO DE LA AMPLIACIÓN DE LA RUTA 22 NI SE NOS BRINDÓ UN ESPACIO ANTE VIALIDAD NACIONAL, DONDE PUDIÉRAMOS HACERNOS ESCUCHAR Y SERVIR DE CONTRAPESO EFECTIVO A LOS INTERESES MEZQUINOS DE UNA MINORÍA QUE CREE QUE SU LOCALIDAD ES LA ÚNICA QUE EXISTE EN EL VALLE, PERO QUE SE VANAGLORIA DE "REPRESENTAR" LA VOLUNTAD POPULAR. De esta manera, nosotros los usuarios de la Ruta 22 somos los mas afectados por las decisiones que se toman en una sala de conferencias o en un escritorio al que nosotros tenemos vedado el acceso ya que nunca se nos permitió opinar formalmente ante las autoridades regionales, más que en la sección de comentarios de los periódicos locales.

Uno de los principales argumentos que esgrimen quienes están en contra de la solución de hacer una autopista separada del tráfico local, es que la construcción de una autopista "dividiría" tanto a la ciudad de General Roca como a la de Cipolletti. Sin embargo basta una mirada rápida en Google Earth para saber que ambas ciudades poseen casi todo su casco urbano al norte de la mencionada ruta y que al sur de ésta se encuentran unos pocos locales grandes de carácter mayormente industrial y las chacras de los distintos propietarios. No obstante, consideran a la autopista como una "muralla divisoria" que partiría en dos las ciudades, como si ésta fuera a construirse donde actualmente discurre la vía ferroviaria que le dio vida a ésta región.

Sobrados ejemplos hay en el mundo, especialmente en el Gran Buenos Aires y aún más en Estados Unidos, de autopistas que atraviesan zonas urbanas efectivamente "dividiendo" en varias partes el casco urbano de las distintas ciudades pero que sin embargo, estas autopistas no afectan la comunicación entre los distritos que estan a uno y otro lado de una determinada autopista. De todos modos, éste no es el caso de la Ruta 22 por mucho que insistan las municipalidades de Roca y Cipolletti.

Porque si esa fuera la preocupación genuina de los intendentes locales, permítanme recordarles que el proyecto original de la nueva R.N. 22 no involucraba ninguna "división" del casco urbano de las distintas ciudades ya que se proyectaba una autopista que discurriera por la barda norte del Alto Valle, a poca distancia de las ciudades pero aún así, a una cierta distancia de ellas para no entorpecer su crecimiento. Esta opción era la más económica y práctica ya que casi no había que hacer ninguna expropiación en toda su traza, el movimiento de suelos necesario era mínimo y solamente bastaba con hacer los accesos a las distintas localidades del valle. De este modo, el tránsito que hoy discurre por el Alto Valle en una atestada ruta se bifurcaba entre una autopista para los desplazamientos de larga distancia y para los camiones y la ruta original, para los desplazamientos de corta distancia entre localidades y mayormente utilizada por los residentes del Alto Valle.

Pero como no podía ser de otra manera, los intendentes de aquel entonces pusieron el grito en el cielo porque imaginaban que los turistas ya no pararían en todas y cada una de las localidades del trayecto y que por ende, el Valle se convertiría en un puñado de ciudades fantasmas. Por lo tanto insistieron con que la ampliación siguiera la traza existente. Seguramente si hubiera triunfado la propuesta original, la autopista de la ruta 22 ya estaría terminada y siendo usada por miles de vehículos al día. Y es más, con la autopista por la barda ya terminada, podría tener sentido la idea de Di Tella y de los hermanos Soria de hacer una multitrocha simple de cruces semaforizados al mismo nivel o de rotondas ya que tendría que soportar un nivel de tránsito moderado, a saber: automovilistas residentes en el valle, quizá algún camión liviano, colectivo interurbano o tractor puesto que el flujo de tránsito de larga distancia y el tránsito pesado circularían por la autopista del norte, aliviando el flujo vehicular en la traza antigua y de este modo, pudiendo ser vigentes ambos trazados durante las próximas décadas. A diferencia de lo que ocurre ahora donde se fuerza a circular a todo el tráfico por una sola ruta, lo cual hace muy necesaria una autopista que permita canalizar de la mejor manera todo ese altísimo flujo vehicular que circula hoy. En fin, el único testimonio hoy vigente de ese plan original, son los poco más de 20 kilómetros de la llamada "Autovía Norte" que inicia en el Parque Industrial de la ciudad de Neuquén, discurre por la barda norte del Alto Valle neuquino y que muere abruptamente en una rotonda ubicada entre las localidades de Plottier y Senillosa.

A diferencia de eso, con el proyecto de Soria y de Di Tella, tendremos que soportar más embotellamientos a la mañana o en las temporadas turísticas tanto invernales como estivales ya que es una ruta muy utilizada por los turistas que se dirigen a la cordillera o hacia la costa. Especialmente en Cipolletti puesto que es muy alto el flujo vehicular entre las ciudades de Cipolletti y Neuquén de gente que vive en una localidad y trabaja o estudia en otra y por tanto, se forman colas kilométricas de automóviles a ambos lados de los puentes carreteros, especialmente debido a la rotonda del Fortín 1ra División que soporta demasiado tráfico para el que fue diseñada y que urgentemente necesita una conversión en un nodo vial moderno. Por cierto, el modelo de ruta que plantean Di Tella y los hermanos Soria, es el que se usa en la ciudad de Neuquén en la llamada Avenida Enrique Mosconi y que hasta hace unos meses, era parte del trazado de la Ruta 22. Sin embargo, éste modelo de autovía fue proyectado cuando el flujo combinado de vehículos de la región era mucho menor al que existe actualmente y una avenida semaforizada era suficiente para canalizar el tránsito regional.  Hoy en día, en un plazo de 30 años, la población del Alto Valle se duplicó y va camino a triplicarse a una velocidad vertiginosa. Sin embargo, seguimos teniendo no sólo vías de comunicación obsoletas si no que también mentalidades ancladas en el pasado, opuestas al progreso y a contramano de lo que dicta el sentido común en cuanto a las estrategias de seguridad vial aplicadas en el resto del mundo. Las cuales apuntan a agilizar el tránsito en lugar de entorpecerlo y que interpretan a las palabras "Seguridad" y "Agilidad" como dos conceptos que se complementan. A diferencia de la mentalidad local que cree que esos conceptos son irremediablemente antagónicos y que interpreta que "hacer más segura la circulación" significa entorpecerla y ralentizarla lo más que se pueda. Ya sea mediante límites de velocidad irrisorios de 40Km/h en ruta nacional y vigilados mediante radar; insufribles controles de tránsito en los puentes interprovinciales donde la demora puede llegar a ser de una hora y media para cruzar un trecho de apenas un kilómetro y medio; o tramos complicados y muy transitados donde la única solución que ofrecen los gobernantes locales es meter 20 semáforos (todos sin sincronizar) o en todo caso hacer alguna rotonda. Que en determinados casos es buena idea pero que muchas veces se implementa incluso en lugares donde una rotonda no es suficiente para distribuir el tránsito o bien se incurre en un exceso de rotondas como veremos a continuación.

Además; en el caso de Neuquén, el argumento de la "muralla divisoria" que significaría una autopista por la traza original sí tendría sentido ya que la ciudad tiene un volumen de población significativo al sur de la ruta y la traza penetra efectivamente el casco urbano de Neuquén, a diferencia de lo que ocurre tanto en Roca como en Cipolletti, donde hay muy poca urbanización al sur de la ruta, generalmente de carácter industrial. Mientras que al norte de ésta, es donde se concentra casi toda la población de ambas ciudades. Por lo tanto, el argumento de la "muralla divisoria" prácticamente carece de sentido.

Hace un par de semanas, se dió a conocer el proyecto del municipio roquense para la R.N. 22 a su paso por el ejido de la mencionada ciudad. El proyecto contempla cinco rotondas consecutivas más las existentes y además de ellas sendos derivadores semaforizados. Muy seguramente, al no haber separación física de la autovía respecto al tránsito urbano, el límite de velocidad de la autovía se verá reducido a 60 km/h. Eso sumado a la cantidad de semáforos y de rotondas (que subordinan y en muchos casos obligan a frenar al tránsito de la vía principal en favor del tránsito secundario ya que rige la prioridad de paso para quien circule dentro de ella), hará que atravesar el ejido de la ciudad de Roca sea engorroso, estresante y que tarde casi la misma cantidad de tiempo que se tardaría en hacer el trayecto Cipolletti - Roca a una velocidad crucero de 110 km/h una vez esté terminada la autopista. Eso por no hablar de que unas vías de conexión que ralentizan a drede el tránsito, generan estrés en los conductores y los hace más propensos a cometer errores que derivarían en accidentes. Especialmente si hablamos de los abundantes camiones que hay en la región. Una charla con un camionero cualquiera nos revelará que tanto frenar como reanudar la marcha en un camión, requiere más concentración y esfuerzo que hacerlo en un vehículo utilitario. Además ellos deben tener especial cuidado ya que un accidente que involucre un camión tiene más probabilidades de tener consecuencias fatales, especialmente para el rodado de menores dimensiones. Por lo tanto, un diseño que obliga a los conductores a acelerar y frenar repetidas veces en lugar de permitirles circular a una velocidad constante de manera segura, no hace más que agregar estrés y descontento a los conductores de vehículos pequeños y especialmente a los conductores de vehículos grandes como camiones, colectivos, etc… Ni que decir que la pretensión de poner cinco rotondas consecutivas mas las existentes en la principal vía de comunicación del Alto Valle atenta no solamente contra la seguridad y a la fluidez si no sobre todo contra el sentido común y es algo que en ningún otro lugar del mundo se plantean hacer. Además, una ruta hecha a drede para ralentizar el tránsito terminará logrando exactamente lo contrario a lo que quieren Martín y Emilia Soria, ya que los viajantes, habiendo perdido ya valioso tiempo sorteando las rotondas, semáforos y lomos de burro de la ruta, no van a querer perder ni un solo minuto más y van a querer alejarse de General Roca como alma que lleva el diablo. Justamente el leitmotiv del municipio de la ciudad de Roca para evitar elevar la autopista es que los viajantes no “pasen de largo” de la ciudad si no que conozcan la ciudad de Roca. Sin embargo lo único que querrán será terminar su odisea por el éjido roquense lo antes posible y una vez completado el periplo, pisar el acelerador a fondo y poner el vehículo a 180 para recuperar en parte el tiempo perdido. Con el consiguiente peligro que acarrea.

¿No sería mejor, señora intendente y señor ex-intendente, que en vez de forzar a los automovilistas a perder tiempo, permita construir la autopista y dediquen sus esfuerzos a dar a conocer lo que tiene Roca para ofrecerle al turista? ¿No sería mejor invitar al turista a que entre a Roca en lugar de forzarlo a detenerse? ¿No es mejor hacerles saber a quienes circulan por la ruta, quizá mediante cartelería publicitaria, que en Roca pueden encontrar estaciones de servicio por si desean parar a echar combustible o estirar las piernas, que tiene numerosos restaurantes y confiterías para almorzar, cenar o hacer una pausa, que Roca también tiene buenos hoteles para el viajero que desee hacer noche y de paso, conocer la ciudad? ¿No es mejor diseñar una campaña de promoción turística en conjunto con los demás municipios y el gobierno provincial (dejando de lado partidismos y colores políticos) para dar a conocer los atractivos de General Roca y las demás ciudades del valle a los argentinos y que se empiece a considerar al Alto Valle como destino turístico en sí mismo? Sabiendo que cuentan con una vía de tránsito rápido y sin chicanas u obstáculos para el que la necesite.

Por último, la premisa de que la gente “va a pasar de largo Roca para ingresar por una alfombra roja a Neuquén” es errónea. Puesto que el proyecto de autopista contempla un desvío hacia el norte en algún punto entre las ciudades de Gral. Roca y Cipolletti para empalmar con el “tercer puente” y continuar por autovía norte, bastante lejos del casco urbano neuquino. Ya se dijo que la actual traza de la Ruta 22 en Neuquén pasará a ser una avenida de carácter urbano y de uso local que articulará mayormente el tránsito Cipolletti - Neuquén - Plottier. Por lo tanto, si la queja era a razón de que con la autopista, los automovilistas “van a ver sólamente los techos de la ciudad”, en el caso de Neuquén no se van a ver siquiera los edificios, a lo sumo las chimeneas y galpones del parque industrial de Neuquén. Además, la razón por la cual se construyó la autovía norte fue para descongestionar el tránsito que atravesaba la ciudad de Neuquén y ofrecer una forma de rodear la ciudad de manera rápida. Puesto que el alto tránsito de la otrora Ruta 22 o Av. Enrique Mosconi exasperaba y sigue exasperando tanto a viajantes como a los mismos neuquinos. Contrario a su hipótesis de que la multitrocha semaforizada de Neuquén beneficiaría a los neuquinos.

Respecto de la obra que se va a llevar a cabo en Cipolletti todavía no hay definiciones claras o simulaciones por computadora que indiquen al detalle cual es el plan de Di Tella para esta arteria vial. Pero todo indica que tomará la misma determinación que los hermanos Soria y buscará hacer una multitrocha semaforizada. Una decisión errónea, más sabiendo que Cipolletti está en una zona sensible a los embotellamientos ya que posee un flujo de tráfico intenso entre las ciudades de Cipolletti y Neuquén, del cual la mayoría son personas que trabajan o estudian en una ciudad y viven en otra y que por tanto necesitan llegar a tiempo a sus obligaciones diarias y para ello necesitan caminos rápidos en lugar de obstáculos. No obstante, apoyo la idea de Di Tella, que plantea que el nuevo trazado debe desviarse al norte, seguir el trazado de la avenida de circunvalación Arturo Illia y conectarse con la rotonda del tercer puente (que urgentemente debe transformarse en un nodo vial de trébol) para continuar por el trazado de autovía norte. El problema se presenta al plantear en qué punto de la actual ruta debe desviarse el trazado, Al ser seguramente en diagonal para conectar con la Av. Arturo Illia sin que la autopista tenga curvas demasiado pronunciadas, es muy probable que haya que expropiar tierras a los chacareros, acarreando ésto problemas legales que se extenderían por años ¿No estará pensando en hacer que la autopista tenga que hacer una curva en ángulo recto sobre la Avenida Julio Dante Salto, no? Sumado a ésto, todavía no hay definiciones sobre si el nuevo trazado por el norte de la ciudad de Cipolletti será (¡Al fín!) en forma de autopista o si será una multitrocha semaforizada más. En caso de que sea lo primero, habrá que ver si los residentes de la zona norte de Cipolletti estarán de acuerdo sobre tener una autopista frente a sus casas, a una menor distancia que la que habría respecto de la zona urbanizada en el trazado actual de la ruta.

En resúmen, quisiera dejar en claro una vez más nuestra postura. La discusión no debería ser "autopista si vs. autopista no", la autopista se tiene que hacer si o si. Puesto que es el tipo de obra vial que mejor aguanta el flujo de tránsito que atraviesa el valle y es al mismo tiempo la forma más cómoda y segura para circular debido a un sinnúmero de ventajas que acarrea éste tipo de obra. En todo caso la discusión debería dirigirse a cómo se hará y se separará la autopista del tránsito local de baja velocidad. Por ejemplo, existen otras alternativas a los "murallones" si la queja es por razones estéticas. Por ejemplo los terraplenes, que fueron descalificados por la municipalidad de Roca como "los mismos muros pero pintados de verde". Esa pintura verde en realidad es pasto ya que lo que se busca es elevar la autopista con terraplenes inclinados sembrados de pasto. Lo cual cumple varias funciones como; armonizar con el paisaje verde del valle, absorber el agua de lluvia que escurre desde la autopista, evitando formar charcos en las calles contiguas, absorber tambien el CO2 expulsado por los vehículos, etc. Otras formas tambien tienen sus ventajas, como la elevación de la autopista mediante pilares o columnas de cemento, que afectan mínimamente la comunicación norte - sur de las ciudades y no forman la tan mentada "barrera". Existe un proyecto para la R.N. 22 diseñado por el Colegio de Arquitectos de General Roca que podría ser el indicado. Que eleva la autopista mediante columnas mientras que por debajo, discurre una avenida semaforizada para así, buscar contentar tanto a los residentes como a los que se desplazan entre ciudades. O bien, no elevarla si no excavarla unos 6 metros por debajo del nivel general de la ciudad a la manera de la RP 7 de Neuquén a su paso por Alta Barda. De esta manera las calles que crucen de un extremo a otro la autopista, pueden resolverse en forma de puentes que no necesitan de ninguna elevación haciéndolos prácticos para ciclistas y peatones con movilidad reducida.

En fin, para concluir, solicito a quienes estén en la posición de decidir respecto a la ruta, que nos escuchen y tomen en cuenta nuestra postura no solamente en calidad de usuarios si no también en calidad de ciudadanos y habitantes del Alto Valle. Es menester de los ciudadanos organizarse y hacer valer sus derechos y opiniones como tales ante las autoridades y es menester de los políticos escuchar lo que tienen para decir sus ciudadanos y tomar en cuenta su opinión a la hora de tomar decisiones. Tanto yo como muchos de los firmantes somos habitantes del valle y por tanto conocemos de primera mano las dinámicas y la idiosincrasia local. Es en base a ésto que consideramos que la autopista es lo mejor para la región del valle y que si tal como dicen, "los patagónicos dejamos de ser invitados de segunda". Pues eviten que seamos los usuarios de la ruta, los invitados de segunda de esta fiesta de nunca acabar.

Sin mas que agregar, me despido atentamente.

 

 

Francisco M. Sevila

D.N.I: 40.960.105

 

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Tomadores de decisiones

  • Gabriel KatopodisIntendente de San Martín
  • Claudio Di TellaIntendente de la Ciudad de Cipolletti
  • Maria Emilia SoriaIntendente de la ciudad de General Roca
  • Martín SoriaEx intendente de la ciudad de General Roca
  • María Beatriz De Rafaelli