Pedido de Paisaje Protegido para el Parque Miguel Lillo de Necochea

Pedido de Paisaje Protegido para el Parque Miguel Lillo de Necochea

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Por qué es importante esta petición

Hoy nos encontramos ante un nuevo atropello a nuestro querido Parque Miguel Lillo por parte de los malos usos y peores gestiones del gobierno municipal, desde sus diversos poderes. Ante el avance destructivo e ilegítimo sobre un sector del Vivero Municipal, y mediante una operatoria burda, violenta y lamentablemente ya conocida, desde la Asamblea en Defensa de los Bienes Comunes convocamos a adherir a esta nota. Buscamos difundir información científica y legal confiable, repudiar al estado municipal y solicitar firmas de adhesión para la declaratoria del Paisaje Protegido.

¿De qué se trata el Parque Miguel Lillo?

Es un Sistema forestal, creado en 1948, con el fin principal de fijar las dunas, conservándolas, limitando la movilidad de arena y haciendo posible el crecimiento de la ciudad a la par de este sector.

Actualmente, y desde 1979, constituye un espacio público de carácter y dominio municipal y tiene una extensión total de 478 hectáreas. Según una tesis reciente de la UNICEN (Suarez, 2018), este ecosistema incluye tanto superficies arboladas como pastizales nativos –como Campo Cipriano-, dunas, arbustales, fauna y sectores específicos destinados a la recreación.

¿Cómo se encuentra el Parque hoy?

De la superficie total del pulmón verde de nuestra ciudad, un 40% se encuentra otorgado a privados en forma de concesión u otras modalidades, lo cual limita el libre acceso del público. En su mayoría estos emprendimientos no tienen proyectos aprobados, se otorgan por plazos demasiado extensos (20 o 30 años) para los 4 años que dura una gestión gubernamental y no se ejerce prácticamente un control estatal sobre los mismos. Además, el derecho al libre acceso a la consulta vecinal sobre estas concesiones es frecuentemente negado o escatimado por el gobierno.

Un nuevo robo

Del mismo modo que nos indignamos por otros malos otorgamientos y cesiones ilegitimas de este bien común que es el Lillo, hoy nos indignamos ante el nuevo atropello. Un negocio privado sin aprobación real: no hay proyecto de obra evaluado ni aprobado por las autoridades técnicas competentes, no hay evaluación de impacto ambiental y no hubo audiencia pública. Sólo hay una ordenanza irregular e ilegítima que no fue votada por los 2/3 del Concejo necesarios; que usa conceptos que no existen como ¨cesión en concesión´ y que incumple con, al menos, siete normativas nacionales, provinciales y municipales vigentes (Artículo 41 de la Constitución Nacional; Artículo 28 de la Constitución Provincial; Ley General del Ambiente Nº 25.675; Ley de Información Pública Ambiental Nº 25831; Ley Provincial Nº 11.723, Artículo 60 del Decreto Ley provincial 8912; Artículo 56 de la Ley Orgánica de las Municipalidades). Incluso, es llamativa la coincidencia entre uno de los concejales, Guillermo Sánchez de Nueva Necochea, impulsor de la ordenanza trucha, y su participación como dirigente en el club que va a desarrollar el emprendimiento privado deportivo.

Es un nuevo robo a los bienes públicos basado en el disfrute de pocos y el negocio y ganancia de aún menos, a costa de lo que nos pertenece a toda la ciudadanía.

Bosque Protector Permanente

El sistema que genera el parque con las dunas, la playa y la ciudad es sumamente complejo. Las dunas, sobre las que se encuentra toda la vegetación del parque, se caracterizan por la rápida infiltración de lluvia y acumulación de agua dulce en su base. El Parque en su totalidad cumple funciones como la protección de suelos, la defensa de la ciudad contra la acción de los vientos y la arena y la protección y atracción de flora, fauna y funga.

Por todas estas razones, en el marco de la Ley Nacional de Riqueza Forestal el Parque Miguel Lillo debería ser considerado un Bosque Protector. Además, se define como de carácter Permanente por su destino de uso, que es público y por concentrar una biodiversidad única en la localidad.

¿Cómo podemos resguardar nuestro parque?

La ley de Paisaje Protegido ayudaría a reparar el histórico mal uso que se ha hecho por parte de sucesivas administraciones estatales. Al crearse un órgano de gestión del mismo se tendría una poderosa herramienta para garantizar su conservación y aprovechamiento.

Por todo esto consideramos que…

Es necesario que los espacios de gestión estatal tengan en cuenta todos los estudios científicos y normativas nacional, provincial y local vigentes, para la conservación y el aprovechamiento de nuestro Bosque Protector y Permanente por muchas generaciones. Lejos de esto, repudiamos la operatoria estatal municipal que sistemáticamente incumple con las leyes y los usos habilitados en este espacio público. Incluso, junto a sus poderes amigos, como ciertos medios que cobran pautas municipales, en lugar de generar consensos entre vecinos/as, promueven disensos para crear conflictos.

Necochea es hermosa y reúne distintos patrimonios bioculturales, uno de ellos es el Parque Miguel Lillo. Por eso defender los espacios comunes, los espacios públicos, permite que sigan teniendo ese carácter para el acceso y disfrute de toda la ciudadanía

Vos, ¿te imaginas a Neco sin bosque?

Sólo nos oponemos a todo lo que está mal.

Cualquier proyecto que toma espacios que nos pertenecen a toda la ciudadanía para el beneficio de pocos es un robo.

Robar está mal.

¡No más robo de bienes públicos! Quien quiera negocio, ¡que se compre la tierra y pague impuestos!

¡NO más daño a los bienes comunes!

¡NO más desmonte y destrucción de flora y fauna!

3.376 personas firmaron. ¡Ayudá a conseguir 5.000!