Mi hijo murió antes de nacer y quiero inscribirlo en el “libro de familia digital”.

Mi hijo murió antes de nacer y quiero inscribirlo en el “libro de familia digital”.
Por qué es importante esta petición

Uriel nació el 24 enero de 2018, pero había fallecido un día antes, horas después de una revisión completa y una visita a monitores, donde estaba completamente sano. Pesó 3 kilos 190 gramos y midió 49 centímetros. Un bebé a término, el mayor sueño cumplido de mi vida, un niño que tendría que estar ahora en los brazos de su madre.
Su corazón dejó de latir inesperadamente en la semana 39 de gestación, llevándose con él parte del mío. Éramos ya una familia y teníamos toda la vida por delante.
Casi 24 horas después de las tres palabras más horribles que he escuchado ("no hay latido") di a luz al cuerpo sin vida de mi hijo. Un momento que tantas veces había imaginado lleno de amor y con el sonido de su llanto asomándose al mundo, pero ese día en ese paritorio solo lloraba yo.
Salí del hospital con los brazos vacíos. Sangraba y lloraba. Recibí medicación para cortar la lactancia pero de mi pecho brotaba leche para un bebé que ya no estaba. ¿Cómo se digiere la ausencia si el cuerpo todavía lo siente aquí? El postparto y el duelo que acaban de comenzar vaticinaban que el camino sería doloroso y duro.
Los servicios funerarios se encargaron de incinerarlo y entregarme sus cenizas.
Y nada más.
No tengo ningún documento que diga que tuve un hijo que se llamaba Uriel del Río García y que yo soy su madre. No lo tengo porque no existe.
¿Cómo conseguir que nuestro dolor sea validado si el sistema colabora en la inexistencia de ese bebé y el Estado no lo reconoce? ¿Cómo demostrar a la sociedad que mi hijo existió si no lo han visto fuera de mi útero y no puedo registrarlo en un documento con su nombre vinculado al mío?
Actualmente, el Código Civil, en su ley 20/2011 de 21 de julio, permite inscribir a los bebés fallecidos a partir de los seis meses de gestación y otorgarles un nombre, aunque ese cruel, doloroso e irrespetuoso apartado llamado "legajo de abortos" sigue existiendo para los bebés nacidos antes de la entrada en vigor de esa ley. La única opción que tenía para hacer constar que había tenido un hijo en 2018 y poder darle sepultura o incinerarlo.
Pero esa modificación de la ley es insuficiente. Se le da nombre al bebé pero "se guarda en un cajón". Esto no responde a las necesidades reales de las familias.
Perder un hijo durante la gestación es terriblemente traumático. Deja a la familia con los brazos vacíos y la vida vacía. Y lo único que nos queda a partir de ese momento son los recuerdos y el reconocimiento de que nuestros hijos existieron. Algo que, actualmente, no tenemos.
Por eso pedimos...
Queremos inscribir a nuestros hijos fallecidos antes de nacer en un documento donde figuren los datos personales del bebé y de todos los miembros de la unidad familiar, como ocurría con el desaparecido libro de familia, sin que ello conlleve efectos jurídicos para los bebés fallecidos. Y queremos que sea con carácter retroactivo.
Sólo estamos pidiendo que nos ayudéis a paliar nuestro dolor. Sólo queremos un poco de medicina para el alma.
No puedo volver a ver a mi hijo pero quiero tenerlo inscrito en el "libro de familia digital" con su nombre y el mío.
Por mi hijo, por los vuestros, por los que nacerán sin vida. Por todas las familias.
¿Me acompañas en este camino?
Virginia del Río
@tengounaestrella