Mi padre desapareció en el mar.
El 20 de septiembre de 2020 se calló del acantilado desde donde pescaba en Cobas (Ferrol). Fuimos nosotros los que encontramos sus pertenencias (el coche, la cartera, la caña de pescar de mi padre) y los equipos de rescate arrastraron la zona durante días y días, pero su cuerpo no apareció. El mar se lo tragó y no nos lo devolvió.
Desde entonces, mi madre libra una doble batalla: primero, una batalla para superar la muerte del que fue su marido durante 36 años; y también, una batalla para que se le reconozca su derecho a la pensión de viudedad que le corresponde. Y es que, según la Ley, si no aparece el cuerpo no se le puede declarar como difunto hasta dentro de 3 años. Si no hay cuerpo, no hay parte de defunción.
Pero es que en el caso de mi padre hay un detalle importante: su muerte está grabada en vídeo. La cámara de seguridad de una cetarea (un vivero en el mar) captó como mi padre aparcó el coche, cómo se puso a pescar y cómo se cayó por el acantilado. Su cuerpo, evidentemente, no ha aparecido. Cualquiera que conozca la costa gallega sabe que la posibilidad de que esto ocurra es muy limitada, algo que ya nos advirtieron los equipos de rescate que nos ayudaron.
A pesar de esa grabación, a mi madre le deniegan la pensión de viudedad. Se ha quedado sin ingresos, no puede retirar el plan de pensiones que tenían a nombre de mi padre,no puede dar de baja el coche en la Jefatura de Tráfico y tiene que seguir pagando el seguro… Sus ahorros no dan para más y si sobrevive es gracias a la pequeña pensión de mi abuela. Mi madre se ha quedado sin derecho a la pensión de viudedad que le corresponde, pero sigue teniendo todas las obligaciones de pago porque, a ojos de la Ley, mi madre es la viuda de un vivo.
Pensamos que ya es hora de que esta ley cambie para tener en cuenta casos como los de mi madre y otros casos de pescadores que, lamentablemente, desaparecen con cierta frecuencia en lugares como Galicia. Esta ley, de hecho, ya se revisó. Antes el período de espera era de 10 años y luego se bajó a 5. Las “viudas del mar” deberían tener derecho a su pensión de forma más rápida, especialmente si, como en nuestro caso, existen pruebas evidentes del fallecimiento.
No pedimos caridad, ni limosna. Solo pedimos que se respete el derecho de mi madre a recibir lo que le corresponde. Y su derecho a que se le reconozca como una viuda más. En nuestro caso podemos defendernos, pero personas que tengan hijos pequeños o familiares dependientes pueden quedar totalmente abandonados a su suerte durante años. Por ello te pedimos ayuda para alzar nuestra voz y conseguir que se revise. Firma esta petición y ayúdanos, por favor.