El cambio climático, el crecimiento poblacional en cercanías de las áreas naturales, la negligencia y los intereses inmobiliarios atentan contra los pastizales, bosques y selvas, degradando la calidad de los ecosistemas y de la vida humana.

Cada vez serán más frecuentes los incendios forestales como el que está ocurriendo ahora mismo en El Bolsón, Río Negro, Argentina, y no es posible que los mismos sigan siendo combatidos por un puñado de brigadistas, en algunas ocasiones mal pagos, con recursos escasos y equipamiento obsoleto.

Estamos arriesgando la vida de estos brigadistas y de los pobladores locales, animales de granja y silvestres, árboles e, inclusive, ecosistemas milenarios. También, en muchas regiones del país, peligra la actividad turística, el principal motor de sus economías. ¿Por qué? ¿Será, quizás, porque en el orden de prioridades de los gobiernos es menos importante proteger el entorno natural y sus actividades asociadas?

Pedimos la incorporación inmediata del problema de los incendios forestales en la agenda de los gobiernos nacional, provinciales y municipales.

Queremos inversiones genuinas en equipamiento eficaz para la lucha contra incendios forestales, condiciones dignas de trabajo para las brigadas forestales y acciones concretas para preservar la naturaleza cada vez más escasa de nuestro país.

¡Por último, pero no menos importante, necesitamos ya mismo el envío de mayores recursos para controlar finalmente el incendio forestal de la Cuesta del Ternero, que ya devoró 10.000 hectáreas y va por más!