La municipalidad de Las Heras, Mendoza, ha propuesto en su "plan de remodelación del casco urbano", la tala de buena parte de la arboleda de plátanos que rodea la plaza departamental Marcos Burgos, incluida "la hilera completa de la calle Dr. Moreno".

La referida "remodelación" va en contra de todos los principios de urbanismo y arboricultura moderna al priorizar el hormigón sobre los verdaderos espacios verdes indispensables para la salud mental y física de la población.

Hemos pasado por epidemias en Mendoza (1896), y entre las recomendaciones del Dr Coni estaban las plantaciones de árboles y la creación del parque San Martín. Lejos estamos de esas mentes brillantes.

Este proyecto reduce significativamente las áreas verdes que ya son escasas en el departamento, desatiende los numerosísimos informes de científicos de todo el mundo con respecto al cambio climático, cuando en las ciudades llamadas de primer mundo, que tanto gustan poner de ejemplo, están de cabeza viendo como crean áreas verdes y bosques urbanos. El valor de árboles adultos, y que pueden vivir más de 400 años, como los plátanos que se pretende erradicar, es el de los servicios ambientales que puedan ofrecer por cientos de años, más el valor histórico, más el valor patrimonial, más el valor cultural, más el valor estético, entre otros. Valores que difícilmente se alcanzarán reemplazando aquellos por arbolitos jóvenes, que la mayoría de las veces no sobreviven a las condiciones climáticas e hídricas de la provincia. 

Los plátanos son el elemento ambiental más valioso de la plaza. Y no son viejos, sino adultos, ya que pueden vivir más de cuatrocientos años y, en grandes ciudades, como París o Londres por ejemplo, es común encontrar arboledas como estas de más de trescientos años, en perfecto estado de salud, y cuyo mantenimiento es de primordial importancia no solo por su valores ambiental y estético, sino también por el patrimonial, el cultural y el histórico. Es dable destacar que, en este caso, nuestra Comunidad creció y se desarrolló al amparo de esta hermosa arboleda. Así lo siente y con mucha preocupación se ha expresado al enterarse de tan ominoso proyecto de tala.

Finalmente, además de todo lo mencionado -y del sensible valor comunitario de esta arboleda- señalamos que para la vecindad circundante, la pérdida de la misma generará una insoportable isla de calor.

(En verde, en la imagen, el grupo de 30 árboles que se quiere talar).