Hoy, la agricultura toma más y más lugar en el planeta debido al aumento de la población. Por lo tanto, hay una extensión de tierra importante para satisfacer las necesidades mundiales. Solo que la agricultura tiene impactos negativos en el medio ambiente. Por ejemplo, usamos productos químicos que contaminan el aire y luego van a las aguas subterráneas. Así, los pesticidas contaminan nuestras suministros de agua potable. Cada año se rocían en el medio ambiente 4.600.000 toneladas de pesticidas, es decir, 146 kg de plaguicidas por segundo. Esto tiene repercusiones negativas en nuestra salud. Los científicos ya han relacionado el uso de pesticidas con cánceres, infertilidad masculina, prematuridad y malformaciones. Los científicos dicen que muchos productores buscan la rentabilidad más que la sanidad.

Además, los agricultores hacen mucho monocultivo, lo que desgasta el suelo y provoca erosión, como con el cultivo de soja. A medida que ocupamos más tierras para satisfacer la demanda, expulsamos a las especies de sus hábitats, lo que les dificulta la supervivencia. Los pesticidas y herbicidas atacan los insectos. Eliminando los insectos que perjudican los cultivos también se elimina la polinización de las flores.

Para reducir este impacto, hay que privilegiar una agricultura ecológica, en plantando frutas y verduras de estaciones sin utilizar pesticidas. ¡Necesitamos cultivar en buenas condiciones si queremos que nuestros hijos crezcan sanos!