En España, desde la Edad Media se les ha puesto a los reyes apodos, los cuales venían elegidos por el pueblo que quería destacar una característica sobresaliente de su aspecto o de su personalidad.

Algunos ejemplos de este saber popular son:

Alfonso X el Sabio (1221-1284): impulsó notablemente las artes y las letras y consolidó a la lengua castellana como la principal del reino.

Pedro I el Cruel (1334-1369): sobrenombre dado por sus enemigos por razones evidentes.

Enrique IV el Impotente (1425-1474): en referencia tanto a su supuesta incapacidad para tener hijos como para gobernar debidamente el reino.

Felipe II el Prudente (1527-1598): dado por su carácter reservado, serio y tímido que le daba un aspecto frío.

Felipe III el Piadoso (1578-1621): dado por su religiosidad.

Carlos II el Hechizado (1661-1700): se debe a su frágil salud debida probablemente a los matrimonios consanguíneos de la Casa Austria.

Carlos IV el Cazador (1748-1819): Quizá fuera la caza su única habilidad.

Y un sinfín más.

Juan Carlos I, hasta ahora no tiene sobrenombre definido, si bien es conocido por "el campechano". Visto lo visto, y haciendo honor al saber popular, propongo que sea "el huidizo".