Hay un desborde de animales domésticos en situación de calle, abandono y maltrato en la delegación de San Vicente, en Bahía de Banderas, Nayarit. Es inconcebible que no exista ningún tipo de restricción efectiva para su control humanitario mediante la esterilización, cuidado de su salud general y alimentación.

Esto ha traído como consecuencia que la gente deje de ver a los animales domésticos como tales y los considere plagas, propiamente dichas, por lo cual los niños crecen creyendo que maltratarlos es apropiado, se percibe a los activistas como personas inconscientes cuando se sigue el protocolo internacional de "atrapar-castrar-liberar", en vez de abandonarlos en una zona que no conocen, lo cual los destina la muerte, sobre todo en el caso de los gatos y peor aún cuando se alimenta a una colonia, que mediante la esterilización estaría destinada a desaparecer paulatina y sanamente.

Por supuesto, al dejar de alimentar a una colonia de gatos, esto implica que los animales buscarán sustento en los botes de basura, entrarán furtivamente a las casas y, eventualmente, serán asesinados de manera sanguinaria, incluso con veneno, método que ha traído consigo tragedias humanas, como vimos en Veracruz apenas hace un año, cuando dos niños comieron por accidente pan envenenado, destinado a matar a un perro.

Por lo anterior, pedimos que las autoridades de nuestra Delegación y Municipio destinen fondos y personal a la costrucción de albergues para animales, siguiendo el ejemplo de Puerto Vallarta, que ha logrado tener una Dirección de Bienestar Animal que se ocupa de imponer reglas para la tenencia reponsable de mascotas, cuidado de la fauna silvestre y rescate de animales domésticos en situación de emergencia.

Este es un imperativo social que tendrá impacto directo en el bienestar de la Delegación completa, su imagen pública y la economía y desarrollo de nuestra comunidad, puesto que prosperarán los negocios destinados a la venta de alimentos al haber mayor higiene, la población logrará una mejor relación interpersonal al dejar de confrontar a animalistas contra no-animalistas, los niños crecerán siendo personas empáticas y respetuosas de la vida y se evitará el sufrimiento animal.