Tere Sordo fue una activista solidaria que bordaba pañuelos con los nombres e historias de personas que fueron ultimadas o desaparecidas.

Ella y otras mujeres entrañables convirtieron un breve espacio del Parque Revolución (Parque Rojo), de Guadalajara, en un cálido sitio de reunión solidario que continúa con su amorosa misión.

Activista incansable colocaba tendederos con esos pañuelos que han sido exhibidos en distintos países. Ella enseñó a muchos a bordarlos con calma, destreza y solidaridad.

A Tere le dolía el dolor ajeno y es bien sabido que era la primera en apoyar y acompañar a víctimas de violencia, familiares de personas desaparecidas o grupos que intentaban aportar algo para ayudar a otros.

Siempre tuvo para alguien o para todos una palabra amable, una broma pertinente, un abrazo real o virtual.

Le gustaba dar, compartir y reunir a personas de distintos espacios para cohesionar algo que pudiera servir a otros.

Muchos la recordamos con cariño y respeto y proponemos que en Guadalajara algún parque o una calle lleven el nombre de Tere Sordo, con una placa que diga la frase que acuñó para su cuenta de Twitter (@TeresaEse): "En este rinconcito del mundo la humanidad no ha sucumbido. Bordamos por la Paz. Nuestros pañuelos hablan".