El uso de petardos afecta a casi un 75% de los perros. Les crea ansiedad, miedo y estrés. Las consecuencias,  como le sucede a mi perrito Toby,  es que desde el 24 no disfruta de sus paseos, sale con miedo y al escuchar el ruido se esconde donde puede (debajo de un coche,  de un banco, en un portal...) y solo quiere volver en brazos a casa.

Este hecho no sólo supone arruinarle uno de sus momentos más felices del día, sino que le inhibe de hacer sus necesidades lo que puede causarle graves problemas de salud.

Como el, el 75% de los perros sufren por el egoísmo y la  inconsciencia de unos pocos.

Si a nosotros nos diese miedo ir al baño o salir a pasear ¿como nos sentiriamos?

No tenemos ningún derecho a provocar tal sufrimiento por el egoísmo, la diversión y la crueldad de un puñado de inconscientes.