El 1 de octubre cambió el protocolo de la Nación, se permiten fiestas, boliches, público en eventos deportivos, algún viaje de jubilados. Pero se olvidaron de los que tenemos familiares, amigos, gente que queremos y mucho, que están en hogares para discapacitados, ya sea motrices o mentales, y en geriátricos. 

Como ejemplo les cuento de Tati. A los 6 años le declararon un tumor en la cabeza, con muy pocas probabilidades de cumplir 12 años. Quienes la conocemos sabemos que es una guerrera y contra todos los pronósticos, cumplió hace poco 31 años. Esa enfermedad le trajo muchos trastornos y este año tuvo que ser internada en un hogar para discapacitados motrices y mentales.

Pero el protocolo vigente indica que solo puede ser visitada cada 15 días media hora por visita y no más de dos personas. Si quisiéramos sacarla a pasear o llevarla a su casa, la deben aislar 15 días en un cuarto sola. Tati no entiende por qué no la dejan salir, porque sus hermanas o sus padres, no la visitan seguido. Ella cree que se olvidaron de ella. 

Cuando veo una cancha con hinchada, sin barbijo, o que un salón de fiestas que puede cerrar a las 5 de la mañana, me pregunto, señor Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, ¿cómo se olvidó de nuestros ancianos y de los chicos o grandes con discapacidad? necesitamos ya mismo que cambie ese protocolo, no hay excusa para no hacerlo. Muchas, muchos Tatis y familiares se lo vamos a agradecer.

Es por eso que le pedimos a Nicolás Kreplak, Ministro de Salud de Buenos Aires que cambie los protocolos para que los familiares de personas que viven en geriátricos o en hogares para discapacitados puedan visitar a las personas que aman.