Culiacán es una ciudad bella, rica en gastronomía, cultura, historia y que se encuentra en pleno auge de crecimiento económico.

Ya es hora que sus administraciones se nivelen a la calidad de su gente, que es trabajadora, cálida, comprometida y que siempre busca lo mejor para los suyos.

La ciudadanía está cansada de tener vialidades deficientes, peligrosas y mal planeadas que año con año, en la temporada de lluvias, ponen en peligro la vida de las personas.

Ya hemos sido partícipes de las vidas que han cobrado los arroyos e inundaciones que aparecen con una simple lluvia, además de los cuantiosos daños materiales a los que parece nos hemos resignado a padecer año tras año.

La población está harta de que se inviertan sus impuestos en mantener inútiles y en crear obras de mala calidad que al final merman su calidad de vida. Necesitamos colectores pluviales, los desagües, la limpieza de canales, la prohibición de casas habitación en zonas inundables, la ampliación de la presa derivadora y otras obras más que se requieren para que Culiacán no se inunde como cada año. 

Es hora de que exijamos a los funcionarios públicos, de manera enérgica y urgente, el mejoramiento, mantenimiento, planeación y desarrollo de obras hidráulicas y de vialidad que velen por el bienestar y la calidad de vida de todos los habitantes de Culiacán, las cuales permitan que la ciudad siga siendo productiva y segura aún en temporada de lluvias, ya que es inaceptable que ésta se paralice cada vez que llueve, incluso causando zozobra entre las personas, quienes se preguntan si sus familiares estarán a salvo de los estragos del clima. 

No es posible que exactamente hoy, 5 de septiembre de 2019, hayamos presenciado la desaparición de una persona que fue arrastrada por la corriente hacia una alcantarilla en mal estado, responsabilidad del gobierno municipal. Ya es suficiente. 

Exijamos el Culiacán que merecemos.