Pido encarecidamente que los perros de defensa que tenemos muchas mujeres víctimas de la violencia machista, sean considerados por la ley perros de asistencia y por lo tanto se nos permita ir a cualquier lugar con nuestros perros de la misma manera que lo puede hacer una persona con un perro guia.

Las mujeres víctimas de violencia machista que decidimos tener un perro de defensa para proteger nuestra vida nos sentimos mucho mas seguras cuando éstos nos acompañan.
Yo misma he sufrido durante muchos años violencia doméstica en primera persona y veo que desgraciadamente muchas personas no entienden la  importancia que supone para las mujeres maltratadas tener un perro que nos proteja, nos haga sentir más seguras y libres; además, tener estos perros también supone una ayuda emocional muy grande para nosotras. No podemos olvidar que llevar un perro adiestrado puede suponer la diferencia entre la vivir o morir. Quienes no han vivido esta situación no se imaginan el horror que sufrimos todos los días cuando tenemos que salir a la calle, como sientes el miedo por todo el cuerpo, como no eres capaz de hacer más de dos pasos sin mirar hacia atrás, la cantidad de veces que antes de salir de casa te preguntas: "¿volveré hoy a casa?", como cualquier ruido te hace entrar en pánico, y la angustia constante en la que vivimos. Si no puedo entrar con mi perro al supermercado, al ambulatorio, a una tienda etc, igual que lo hacen las personas con perros de asistencia, ¿quién o qué le impide  a mi agresor atacarme en esos momentos y quitarme la vida?  Yo tengo un perro que además de ser parte de mi família, me cuida y me protege, pero si no puedo llevar a mi perro conmigo todo el tiempo, mi vida queda expuesta y a merced de mi agresor. Si ustedes los políticos aprobaran una ley para que considerara a estos perros como perros de asistencia; entonces esta pesadilla diaria que vivimos muchas mujeres se podría aliviar ; nos permitiría llevar una vida un poco más normal y tranquila, y nos ayudaría a  recuperar un poco el control de nuestra vida. Verdad que ir a hacer la compra al supermercado es la cosa más normal del mundo para cualquier persona?. Pues yo cada vez que voy al supermercado, antes de salir de casa le doy un beso a mi hija como si fuera el último beso que le voy a poder dar. Salir de casa sin mi perro para mí es como jugar a la ruleta rusa.  Creo que ya hemos sufrido suficiente dolor, y merecemos poder recuperar en la medida de lo posible nuestra vida.