Hola! Soy Sofia, tengo 17 años y vivo en Provincia de Buenos Aires. ¿Sabías que en 2017 Argentina importó unos 278 millones de kilos de Clorpirifos?  Este es un insecticida altamente tóxico, tanto, que se prohibió en la Unión Europea.

Se usa principalmente en cultivos de soja, maíz, trigo y girasol pero en Argentina está presente en casi todas las frutas, verduras, hortalizas, granos y más grave aun, en el agua. Entonces, termina en lo que comemos, en nuestros cuerpos. El pesticida ataca el sistema nervioso y provoca efectos irreversibles, desde incoordinación motora hasta la muerte por asfixia. También, efectos “menores” causados son retraso en la maduración embrionaria; deterioro del crecimiento y de la reproducción; cambios comportamentales y neurológicos; deformidades y mortalidad a largo plazo, además de ser un importante cancerígeno.

El Clorpirifos se aplica en importantes dosis en el campo argentino y a través de distintos mecanismos llega a los sistemas de agua, poniendo en riesgo a toda la población argentina. Hoy en día se comprobó que el agua de Claromecó y Tres Arroyos contiene niveles de la sustancia muy altos. Tanto en alimentos, tierra, o agua, las mediciones residuales de Clorpirifos superan de un 40% a un 100% de los valores permitidos. La peor parte es que es de venta libre, y es un plaguicida barato pero este veneno tiene contaminantes que pueden tardar mucho tiempo en degradarse y se traslada grandes distancias.

No puede ser que estemos comiendo constantemente productos con tal capacidad de dañar nuestros cuerpos, es hora de cambiar nuestra forma de producción. Gastamos millones en tratamientos oncológicos, porque aplican en los cultivos lo que quieren sin ningún tipo de control. Europa ya lo prohibió. Es hora de que el Congreso Nacional prohíba el uso de estos tóxicos que afectan a toda la población y benefician a unos pocos. 

Por favor, acompañame firmando y compartiendo esta petición, para evitar que este tóxico tenga grandes efectos en la salud de muchos argentinos.

Muchas gracias!