Lucía López es una niña nacida en Zaragoza y de padre Albaceteño, tiene dos años y cinco meses.
Desde el pasado 15 de junio de 2012 nada se sabe de ella. Ese día fue el último en el que su padre, José María López, se la entregó a su madre cumpliendo el régimen de visitas establecido por el Juzgado de Instrucción nº 1 de Albacete, donde ambos progenitores residían. Desde entonces, el padre, nada sabe de su hija ni de la madre.
José María López había advertido insistentemente a las autoridades pertinentes del riesgo de que la niña fuera desalojada de su lugar de residencia y de su familia paterna. Lo hizo durante el juicio de divorcio, a juez y fiscal, y posteriormente en la entrevista correspondiente con la psicóloga forense. Pero nadie apreció ese riesgo que posteriormente se ha confirmado.
El calvario de este padre comenzó antes, incluso, de la desaparición de su hija. Fue denunciado por malos tratos, pero la justicia lo absolvió. Es más, su exmujer –presunta responsable de la desaparición de la pequeña- está buscada también por un supuesto delito de estafa al intentar lucrarse con documentos privativos de su exmarido.
José María no se rinde. Y en su incansable lucha ha conseguido ya la custodia de la pequeña Lucía. Ahora falta una orden internacional de busca ya que la madre de Lucía es de Kirguistán y tiene familia en diferentes paises, por tanto no puede saberse su paradero sin esta orden. Parec que la justicia pretende mirar hacia otro lado y no dar resolución a esta búsqueda, que es necesaria hacer , provocada en parte por el error de la justicia de no prevenir a tiempo una situacion que había sido avisada.