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Hola, soy Karen, mamá de una niña pequeñita de tan solo 13 años llamada Keomara Carvajal que fue diagnosticada con cáncer (leucemia promielocítica) con tan solo 6 años. Su pelea contra este cáncer fue muy fuerte, viviendo prácticamente hospitalizada 3 años para luego estar en remisión y parar las quimioterapias.

Luego de batallar mucho, por fin nuestra hija llegó a un punto en el cual los exámenes salían bien y se le dio un control cada 6 meses. Pensamos que la pesadilla había acabado, y en ese momento decidimos hacer un viaje en familia al extranjero ya que nuestros hijos soñaban con volar en avión.

Nuestras vacaciones estaban siendo increíbles, pero en Argentina Keomara empezó con mucho decaimiento. Su sonrisa se iba opacando con desmayos, moretones, y sangrado de encías así que asustados contactamos a su oncólogo en Chile, quien nos indicó llevar a nuestra hijita a un centro médico ya que no le gustaba para nada los síntomas y así lo hicimos.

Por nuestro seguro de viaje nos correspondía ir a la Clínica Arcos, pero allí se lavaron las manos diciendo que era una enfermedad preexistente y que no nos ayudarían. Sin medios para pagar el lugar donde nos habían derivado, recibimos ayuda para pagar una transfusión de las 5 que le hicieron.

Usamos todo nuestro dinero para las transfusiones urgentes que necesitaba Keomara pero no pudimos pagar todo y sólo logramos subir a 5 mil sus plaquetas (cuando lo normal es 140 mil). Al ver nuestra situación la clínica decidió derivarnos a un hospital pediátrico, el hospital Garrahan.

Reynaldo, el padre de Keomara, llegó al hospital Garrahan desesperado con su hija casi inconsciente en sus brazos pidiendo ayuda a quien pasara y la ingresaron inmediatamente sin pedir nada.

Luego de muchos exámenes y muchas derivaciones una punción reveló que el cáncer había vuelto y el mundo se nos vino abajo. No lo creíamos, después de toda la lucha, la pesadilla estaba volviendo.

Pasaron los días y lo peor aun no llegó ya que tanto su papá como sus hermanos tuvieron que viajar por obligación de vuelta a Chile quedandome solo yo y Keo en Argentina.

Las quimioterapias que necesita no se están en este hospital, necesitamos llevarla de vuelta a nuestro país natal donde se encuentra su oncólogo y el tratamiento que necesita, ella no puede viajar en un avión normal pues está en una etapa donde cualquier mínima alteración en su sistema podría desencadenar en una hemorragia mortal o cualquier contagio de la más mínima enfermedad es fulminante para su salud.

La única forma de poder volver a Chile es en un avión sanitario con médicos a bordo, ya que si viaja por otro medio es una sentencia de muerte, pero tiene un valor de $12 millones o USD$14635.93, que es una suma inalcanzable para nosotros.

Hemos buscado ayuda de muchas maneras posibles aquí y en el extranjero, pero poco no hemos logrado mucho.

Es por eso que hoy pedimos ayuda a todos los que leen, al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, al Consulado de Chile en Argentina, al Ministerio de Salud, a la Isapre Consalud, al Presidente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y al Ministerio de Salud argentino y a la empresa de seguros médics  InterWelt, para así poder hacer que Keomara pueda viajar y reciba los tratamientos que su enfermedad requiere.

Nos encontramos en una situación desesperante y su ayuda, puede salvar a una pequeña que tiene tantas ganas de vivir, se aferra a la vida, es alegre como ninguna, y una sonrisa que ilumina cualquier oscuridad.

Por favor, como familia le pedimos ayuda a cualquiera que pueda colaborar.

Keomara se encuentra internada actualmente y sus plaquetas están en menos de 34 mil y no logran subir, le hacen diariamente transfusiones de plaquetas por su gran riesgo de hemorragia.