Teniendo en cuenta que el Estadio Libertadores de América lleva anexado desde ahora el nombre de Ricardo Enrique Bochini, proponemos bautizar la actual platea Bochini del Estadio Libertadores de América como Raúl Emilio Bernao.

Hincha de Independiente desde la infancia, Raúl llegó al club de sus amores con 11 años, para jugar en la prenovena y recorrer el camino de las inferiores hasta debutar en la Primera en 1961. Considerado el mejor wing derecho de la historia de Independiente y entre el top 5 del fútbol argentino, marcó una época y dejó una huella imborrable en toda una generación.

Fue la figura descollante de esa década del 60, tan significativa y bisagra para empezar a sellar la identidad de Independiente para siempre, como un equipo copero. De 1961 a 1970, Raúl Emilio “El Loco” Bernao, fue ese ídolo por el cual los hinchas pagaban la entrada para ser felices gracias a sus gambetas y genialidades. Tuvo noches gloriosas, como su función de lujo ante el Santos de Pelé que enamoró por siempre a toda la diablada. Fue parte del equipo ganador de las primeras 2 Copas Libertadores y 3 Campeonatos argentinos, integrando delanteras inolvidables. Con 280 partidos y 10 temporadas consecutivas, es uno de los delanteros que mas veces vistió nuestra camiseta.

El “Poeta de la Derecha”, además tuvo participación en la Selección Argentina y ha sido, para muchos, el mejor extremo derecho durante la década del 60 en el fútbol argentino, comparado con el brasileño Garrincha que venía de deslumbrar en el plano mundial. Fue ídolo e influencia de figuras del club como Bochini y Bertoni, o el campeón del mundo en 1978, Oscar Ortíz.

Es a nuestro entender uno de los máximos ídolos junto a los que ya tienen su más que merecido lugar en nuestra casa. Hablamos de Ricardo Bochini (cuyo nombre lleva el Estadio), y las tribunas Arsenio Erico, Pepé Santoro, Elbio Pavoni y el vestuario José Omar Pastoriza.

Creemos que honrar nuestra gloriosa historia es una virtud indispensable para volver a ser y poder repetirla. Sabemos que corremos el riesgo de causar una injusticia con ídolos como Seoane, Orsi, Ravaschino, De la Mata, Sastre, Grillo, Maldonado, Ferreiro, Rolan, Sá, Galván, Bertoni, Villaverde, Burruchaga, Trossero y Giusti, entre otros.

Rául Bernao, a su vez, siempre estuvo comprometido y ligado a la institución más allá de su retiro del fútbol, a la par de amigos como Pepé Santoro, Chivo Pavoni, Pipo Ferreiro y Osvaldo Mura, entre otros.

Su amor y pertenencia a Independiente fue tan inmenso que hoy sus restos descansan en el verde césped del Estadio Libertadores de América.