Nos encontramos en un momento histórico en el que la inteligencia artificial es y será cada vez más parte importante de nuestro día a día.

Las nuevas generaciones están creciendo en contacto con “aparatos” con los que se relacionan cotidianamente que a través de órdenes directas en audio hacen lo que ellos les indican, lo que al normalizarse impactará en la forma en que se comuniquen con otros seres humanos en un futuro.

De esta manera solo hay que ordenar y sucede lo que se pida en un instante.

Inmediatamente y no cómo la mayoría de los procesos naturales que toman su tiempo.

Actualmente  es cuestión de preguntarle a google o a otro buscador y tenemos la respuesta inmediata de todo lo que se nos cruce por la cabeza. Es una herramienta increíble para facilitarnos la vida.

Pero cuando se trata de un “asistente de un aparato” como Alexa o Siri, que cada vez están más de nuestros hijos la cosa cambia, porque se pretende establecer una relación casi personal con ellas, como “persona” femenina que trabaja para nosotros y está acostumbrada a recibir órdenes.

Adultos, adolescentes, niños y niñas de todas partes del mundo le hablamos a Alexa y a Siri y le ordenamos qué hacer en nuestros hogares y espacios de trabajo.

Lo que nos preocupa al oír a los seres humanos hablarle a ese “aparato” es la relación que se genera y la forma de “comunicación” pero sobre todo del tono de las órdenes directas que serán ejecutadas al instante. Y que se trata de una mujer a la que se le dan las órdenes.

Propongo que se deba hablar con buenos modales y cortesía a un aparato con el que pareciera nos relacionamos como si fuera otro ser humano. Que en teoría pretende simplificarnos la vida, a ahorrarnos tiempo y energía en alguno de nuestros quehaceres domésticos.

Propongo que se les pongan nombre de máquinas inteligentes y no de mujeres y que su voz suene más a un sintetizador es decir, a un aparato simulando la voz humana sin sexo que lo defina.

Sería interesante tener que decir POR FAVOR Y GRACIAS, y que si no fuera de esa manera Alexa y Siri pudieran decir que esas no son maneras de hablarle  y requieran pedírselo nuevamente.

De no ser así estamos criando niños y niñas despotas que crecerán tratando de esa horrible manera a personas que son parte importante de sus vidas, sus padres, abuelos, maestros, amigos y compañeros de escuela.

Obviamente esto aplica también a los adultos que educamos con el ejemplo y que tendríamos que pedir igualmente las cosas con amabilidad por favor y agradecimiento gracias.

Si crees que tiene sentido esta  propuesta agradecemos la firmes y compartas para lograr un mundo mejor, más amable y con respeto por el “prójimo”.

Gracias