En este puñetero país nunca pasa nada, y si pasa se mira para otro lado y como si ‘na’.

El Mar Menor se nos ha muerto, lo han liquidado de forma dolorosa y brutal, ¿y qué? La ausencia total de sensibilidad y responsabilidad política en materia medioambiental clama al cielo de los justos, y de justicia es -aunque la justicia parece estar más ciega que nunca- que se cese de forma fulminante y se persiga judicialmente a los autores de tal barbarie perpetrada por cruda ambición y amor a la buena vida.

Porque no nos vale que la cosa venga de largo y el correspondiente yo no he sido. Si de veras no has sido pedazo de lo que seas, ahora te toca escarbar entre los responsables pasados y pasarlos a por la criba judicial y la picota social. Y si sigue siendo el mismo gobierno, que lo es, entre otros, que ha consentido que las cosas lleguen a estos asquerosos y extremos disparates, lo mejor que pueden hacer es salir cortando de este mar de la vergüenza que habrá de perseguirles toda su rastrera y repugnante existencia.

Pero no te preocupes, pedazo de animal, animales, tal cual boquea la vida a orillas del Mar Muerto español en estertor de agonía, así habrás de verte el día que renazca el largo brazo de la justicia. ¡No huyas, cabrón, no huyas!

Qué asco de políticos comemieldas, pijo ya!