Los medicamentos deben demostrar que funcionan para ser puestos a la venta. Sin embargo la homeopatía jamás ha sido capaz de hacerlo. Sus “homeopastillas” no funcionan mejor que el control placebo. Como se explica en Dulces prejuicios esto no es sorprendente puesto que los remedios homeopáticos no contienen principio activo alguno y ya decía Aristóteles Lo que no es no es causa de nada. La revista The Lancet publicó en agosto de 2005 una serie de trabajos que comparaban cientos de experimentos y ensayos clínicos sobre la presunta efectividad de la homeopatía. La conclusión era simple: la homeopatía no funciona mejor que el placebo; esto está suficientemente demostrado y no hay por qué gastar más recursos en ello. El editorial de la revista instaba a los médicos a ser “claros y honestos con sus pacientes sobre la falta de eficacia de la homeopatía” su título era bastante expresivo: “El fin de la homeopatía”. Pese a todo esto, algunos profesionales de la Medicina y la Farmacia continúan prescribiendo estos remedios. Proponemos que el Ministerio de Sanidad, aplique el conocimiento y la razón científica al bien común exigiendo a los fabricantes de dichos remedios homeopáticos que prevengan al potencial consumidor con la siguiente advertencia: “La eficacia de este producto no está demostrada científicamente”