Desde el 18 de abril en Nicaragua, la fase represiva más brutal y despiadada del régimen orteguista los abusos de la policía, paramilitares y las fuerzas de choque afines al gobierno han provocado +450 personas asesinadas, +3000 heridos y mutilados, una cifra indefinida de secuestrados y desaparecidos y +500 presas y presos políticos* que están siendo torturados y procesados judicialmente por delitos que no cometieron. 

A la fecha, 35 compañeras mujeres son prisioneras políticas, incluyendo líderes trans, estudiantes, profesoras, defensoras de DDHH y activistas, muchas de las cuales han sido torturadas, mantenidas en total desnudez, y abusadas sexualmente como método de guerra; e incluso abortos forzados por sus carceleros, como es el caso de Elsa Valle. Son actos que degradan la integridad y dignidad personal.

Ante esta situación de violencia, la más brutal en la historia de las últimas décadas en Nicaragua, el pueblo nicaraguense hace un llamado a solidarizarse por la liberación de todos los presos políticos y por un programa de reparación y acompañamiento a la víctimas del terrorismo de Estado.