El 4 de septiembre de 2017 los miembros de El Colegio Nacional decidieron incluir entre sus filas a Christopher Domínguez Michael. Este personaje es conocido en el ámbito cultural por sus opiniones misóginas en donde se siente libre de calificar a las mujeres por su desempeño sexual, su perfil psicológico desequilibrado o clasificando a las feministas de buenas o malas según la conveniencia de su discurso.

Aquí algunos ejemplos:

1) La frialdad sexual de Elena [Garro], después de consumado el matrimonio, quizá fue uno de los motivos permanentes de frustración de su marido. Octavio Paz en su siglo. México: Aguilar, 2014, p. 69.

2) [Patricia Rosas Lopátegui] En nombre de un feminismo chatarra obsesionado en inculpar a Paz, a toda la sociedad literaria y al Estado mexicano de una conspiración permanente. Octavio Paz en su siglo. México: Aguilar, 2014, pp.475-476.

3) Feministas de la peor ralea (pues las hay impecables) niegan, en las redes sociales... “Aclaraciones sobre Elena Garro”. Revista Crítica, septiembre 2016.

4) Hay feminismos que honran la hazaña de la libertad y hay feminismos bizantinos ansiosos por llevar las querellas de la facultad al quemadero público. “Feminismos”. El Universal, 3 de marzo de 2017.

En los próximos días, se pretende celebrar una ceremonia para recibirlo como miembro del Colegio Nacional a este crítico que con un discurso de odio y menosprecio, desde el poder de su tribuna, ataca a las mujeres y al movimiento feminista en general.

El Colegio Nacional es una institución mexicana que se solventa con erario público a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y cuyo objetivo tiene el de representar “a la cultura científica, filosófica, humanística, artística y literaria a todos los mexicanos […] esforzándose en afirmar, mediante la divulgación del conocimiento, la conciencia de la nación.”

Todos los miembros de esta institución reciben honorarios y fondos públicos para promover los proyectos de su interés. En una institución financiada por todos como El Colegio Nacional, con el deber moral de ser la conciencia de México, no puede haber sitio para el machismo y la misoginia.

¿Vamos a dejar que su discurso de odio se premie con el dinero de los mexicanos?