Siendo miércoles 5 de noviembre, luego de un fin de semana exitoso de Teletón, caminé a pagar una deuda universitaria. Pasé por las afueras del Banco de Chile y aun costado estaba su basura y hartas cajas arrumbadas. Me pareció curioso ver tantas cajas botadas y me acerqué a observar. Todas esas cajas, eran los diplomas que nos entregan cuando depositamos para la Teletón, muchas de ellas aún sin tocar, embaladas y listos para ser entregados. Miento si no les digo que me dió rabia, pero de inmediato pensé en el gasto innecesario que esto significa y que algo hay que hacer para no incurrir nuevamente en esto.

Entiendo lo significativo que es tener un diploma y mostrarle al mundo que hice una donación, pero ¿no sería más transparente, más sano, mucho más orgánico mostrarle al mundo que hice la misma donación pero no se talo ningún árbol y no se gasto en papel que termina en la basura mi donación?

Mi propuesta es buscar una opción de digitalizar el diploma. Que el aporte sea una experiencia digital en la cual la persona una vez hecha la donación reciba un código, un dígito o algún tipo de tecnología que lo ayude a descargar este diploma.  ¡Oh mejor aún! dejar en manos de cada donante la opción de querer o no imprimir el diploma, bajando así los niveles de contaminación innecesarios que generamos diariamente realizando esta acción.