Los enfrentamientos armados no traen soluciones, sino que incrementan las crisis y las dificultades. Los conflictos bélicos causan estragos y dejan una huella imborrable en la historia de la humanidad.

Nuestro mundo funciona cual sistema, y lo que ocurre en un lugar específico tiene un impacto global. 

Como ciudadanos del mundo, no podemos ser omisos a lo que está ocurriendo ahora mismo entre Rusia y Ucrania.

Apostemos al diálogo y a la construcción colaborativa de las soluciones. Unidos somos más fuertes y desplegamos nuestra mayor potencia.

Alcemos nuestra voz: ¡No a la guerra!