Declaración de la Primera Paz Mundial
Nosotros, la gente del planeta Tierra que hemos elegido seguir el calendario de
Trece Lunas de 28 días como la base de una nueva soberanía y una nueva
comunidad de paz y armonía con toda la vida en la Tierra, en el rechazo del
viejo calendario y sus instituciones impotentes, por la presente declaramos el
comienzo de la Primera Paz Mundial.
El propósito de la Primera Paz Mundial es declarar a la Tierra como una zona de
tregua universal asegurando así el tiempo para un reordenamiento integral de las
prioridades humanas con el fin de sostener y fomentar toda la vida como una
unidad única en esta Tierra.
Para lograr este objetivo, declaramos y establecemos por la presente nuestra
soberanía en un Nuevo Tiempo de perfecta armonía, y al hacerlo, nos
desvinculamos de las instituciones y costumbres del viejo tiempo y su calendario.
Solemnemente dedicamos nuestras vidas, en cambio, a un nuevo comienzo con
nuevas formas creativas de resolver nuestros problemas. La guerra no será nunca
más una forma viable de resolución de conflictos, y en su lugar pedimos un
desarme universal acompañado de una reorganización de la sociedad humana de
acuerdo con la paz constructiva y la armonía reflejadas en el nuevo calendario de
Trece Lunas de 28 días.
Al hacer esta declaración de la Primera Paz Mundial, hacemos un llamamiento a
todas las organizaciones humanitarias existentes para que se unan en la creación
de una Nueva Asamblea de la Tierra, que ayudará en primer lugar a hacer el
cambio al nuevo calendario y al nuevo tiempo entre todos los pueblos de la
Tierra. Simultáneamente, la Nueva Asamblea de la Tierra convocará a
representantes de todos los pueblos a reunirse para establecer las nuevas
prioridades y prepararse para un entendimiento universal del tiempo como la
base de una nueva Civilización Global.
Los que emprendemos esta heroica aventura lo hacemos solo después de haber
visto y experimentado el desgaste del viejo orden, incrustado en un calendario
cuyo tiempo ya no sirve a los propósitos de la evolución universal espiritual y
mental. Rogamos al Creador Supremo para que nuestra tarea sea guiada por la    Divina Misericordia y que la Compasión e Iluminación recaigan sobre los
defensores de esta Declaración.
Que tengamos el coraje de disolver todo lo viejo que está fomentando la división,
la lucha y la destrucción. Que tengamos igualmente la sabiduría para preservar
aquello que de un modo y otro continúa ennobleciendo de la especie humana.
Sobre todo, que tengamos la paciencia y la tolerancia para definir y promover las
nuevas formas de vida que estarán de acuerdo con el mantenimiento y evolución
de nuestro sistema de soporte terrestre, la biosfera, y que fomentará un espíritu de
aceptación y tolerancia universal entre todos los seres humanos.
Entendemos que si no tomamos estas medidas ahora, estaremos desperdiciando la
mayor oportunidad que se nos brinda para cambiar el tiempo a través de cambiar
el calendario, y eso es declarar una paz inmediata que sea la expresión de la
voluntad de los incontables miles de millones de seres humanos cuya elección no
es la guerra sino la paz. ¡Que la voz de la gente de la Tierra sea escuchada en
todas las lenguas, que resuene en todos los valles de la Tierra, empujada por
todos los vientos a través de los siete mares hasta las cumbres de las montañas
más altas: ¡Que el Nuevo Tiempo de Paz prevalezca durante siete veces siete
generaciones por venir!