El ministerio del Interior pretende demoler el cuartel de Capuchinos de Málaga, asentado sobre un antiguo convento, construido a partir del siglo XVII y desamortizado en el siglo XIX. Por tanto, se trata de uno de los edificios con uso continuado más antiguos de la ciudad, es además origen y justificación de la configuración urbana actual del barrio de Capuchinos y su monumento más representantivo. A pesar de ello, ninguna administración ha considerado, hasta ahora, otorgarle protección arquitectónica.

El ministerio se ha negado a ceder el histórico edificio a la ciudad a cambio de otros terrenos, también ha descartado su rehabilitación, alegando motivos económicos. Pretende, presuntamente, demoler el edificio para edificar una nueva comisaría en el solar resultante, aunque su calificación como equipamiento haría muy tentadora su venta, en el último momento, a cualquier grupo hotelero interesado, como sucede habitualmente en Málaga.

Lo que podría ser un gran centro cultural para los vecinos del barrio, va camino de convertirse en una operación especulativa en la que los vecinos serán los principales perjudicados.