RADICALMENTE MODERADOS

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Antonio Arroyo Gil lanzó esta petición dirigida para ciudadanía y
POR LA NECESIDAD DE ACUERDOS ESENCIALES PARA LA MODERNIZACIÓN DEL ESTADO
Somos un grupo de ciudadanos que, preocupados por la deriva frentista que ha tomado la política en nuestro país, se ha animado a redactar y compartir la presente DECLARACIÓN con el ánimo de que nuestros representantes políticos tomen conciencia de la importancia de la moderación en el debate público y la necesidad de llegar a acuerdos básicos para impulsar la imprescindible modernización de nuestro Estado.
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DECLARACIÓN "RADICALMENTE MODERADOS"
- Desde hace algunos años, los ciudadanos españoles somos testigos de una política particularmente degradada. Alcanzar y/o conservar el poder emerge como el único objetivo de una elevada proporción de representantes políticos que parecen olvidar su deber y finalidad principal: la defensa eficaz de los intereses generales. Es esta una afirmación grave que, desgraciadamente, se ha visto confirmada, en buena medida, por su comportamiento durante la epidemia provocada por la Covid-19.
- La aguda tensión político-partidista que padecemos desde hace algún tiempo inevitablemente impregna el ambiente social. Los ciudadanos, por regla general más templados que sus representantes políticos, son situados por estos en un escenario de división y enfrentamiento que dificulta extraordinariamente acometer la realización de reformas inaplazables.
- Los dos grandes partidos de ámbito nacional, representantes de los sectores ideológicos mayoritarios, se muestran incapaces de alcanzar acuerdos esenciales para procurar tanto un correcto funcionamiento de las instituciones (incluida su renovación) como el desarrollo de las políticas sociales y económicas que el país necesita. Esta incapacidad para el acuerdo erosiona las estructuras del conjunto del Estado y de sus servicios públicos.
- En el seno de este ambiente político, el sistema democrático sufre un desgaste cuyas consecuencias son difíciles de exagerar. Sistema que, para muchos ciudadanos, comienza a mostrarse incapaz de ofrecer respuestas eficaces a los grandes desafíos a los que es preciso hacer frente sin demora. Entre ellos, es imprescindible citar expresamente la grave situación en la que se encuentran muchos de nuestros jóvenes, que carecen o ven seriamente disminuidas sus expectativas de proyecto vital por la incapacidad del sistema para responder a sus más elementales necesidades, sobre todo, laborales.
- La erosión del sistema democrático es directamente proporcional al auge y crecimiento de los movimientos populistas, que se benefician del fracaso de los gobiernos de uno y otro signo, circunstancia a la que muchas veces contribuyen.
- Esta deriva del sistema político español provoca una doble y muy grave disfunción. Por un lado, el discurso de los partidos mayoritarios y sus eventuales alianzas “naturales” dejan a un amplio porcentaje de la población huérfano políticamente. Por otro, se produce una radicalización de los mensajes que viene acompañada de un olvido del fin primordial de la política, que no es otro que llevar a cabo una gestión eficaz de los asuntos públicos como necesidad inexcusable de cualquier Estado moderno. Ambas circunstancias distancian a los ciudadanos no ya de los partidos, sino de la democracia, abriendo la puerta a alternativas indeseables.
- Por todo ello, hoy más que nunca es preciso reivindicar el verdadero sentido de la POLÍTICA. Una política que pueda escribirse con mayúsculas y que sustituya los banales y muchas veces irresponsables juegos de artificio elaborados en trastiendas opacas. Una política que entienda correctamente las exigencias de un Estado moderno y las inquietudes de los ciudadanos. Una política que recuerde que solo se progresa desde la suma de una amplia mayoría social en torno a un proyecto compartido en sus aspectos principales y que deje en el olvido las estériles dialécticas sectarias.
- Esta reivindicación de la política exige como contrapunto necesario recordar la inexcusable vigencia del Estado de derecho. La realidad cotidiana demuestra que este recordatorio es imprescindible. No hay democracia ni convivencia posible si no se respeta en forma y fondo la arquitectura completa del Estado de derecho. Ello implica una exigencia adicional para unos actores políticos que quiebran reglas esenciales del mismo con una frecuencia inaceptable.
- En circunstancias mucho más difíciles, los ciudadanos españoles supimos transformar este país y construir una democracia moderna, haciendo realidad la fórmula constitucional del Estado social y democrático de derecho. Más de cuarenta años después, desde la necesidad, es preciso apelar a la suma de esfuerzos para proceder a una nueva modernización de las estructuras de nuestro Estado, devolviendo así a la política la credibilidad y representatividad que merece. Los partidos políticos, y muy especialmente aquellos que se encuentran comprometidos con la validez y vigencia del modelo de Estado del que nos dotamos durante la Transición con la aprobación de la Constitución de 1978, deben tomar conciencia de que no se trata de una opción: la moderación y la consecución de los correspondientes acuerdos que el país necesita son una exigencia.
- En conclusión, como ciudadanos preocupados por el devenir de nuestro país, compartimos que únicamente a través de la moderación en los planteamientos podrá garantizarse a medio y largo plazo que una amplia mayoría social pueda sentirse integrada. Moderación que es una apelación a la razón y al diálogo; al reconocimiento del otro y a la exclusión de cualquier tentación de reducir el pluralismo a una visión sectaria o tribal de la sociedad. Moderación que es entender que la convivencia se basa en el respeto individual al otro y en el respeto colectivo, y que pasa por un convencido sometimiento al Estado de derecho en toda su extensión, en tanto que mejor garantía para la salud de nuestra Democracia.
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