Uno de los problemas estructurales de Argentina es que gastamos más de lo que ingresa.   

Buena parte de ese desfasaje tiene que ver con los costos de la política en nuestro país, que son muy altos.  Demasiado sector público, beneficios, prebendas, clientelismo, nombramiento de parientes y amigos, no pago de impuestos, etc. 

Mientras tanto mucha gente trabaja por salarios muy bajos, viaja muchas horas para ir a ese trabajo, y llega en forma ajustada a fin de mes.  Muchos no llegan y entran en la categoría de pobres o de indigentes.   Hoy por hoy las cifras de pobreza (40.8 %) e indigencia (8.9 %) son alarmantes.

NO ES JUSTO QUE LOS POLITICOS Y LOS BUROCRATAS SIGAN GOZANDO DE AUTO, HELICOPTERO, AVION o CELULAR A COSTA NUESTRA..

Hay que empezar a racionalizar el Estado argentino, despedir a los ñoquis, eliminar estructuras innecesarias y/o improductivas, eliminar prebendas, y, sobre todo, EMPEZAR A INCULCAR QUE LA FUNCION PUBLICA ES UN ACTO DE SERVICIO Y NO UN BENEFICIO PERSONAL.