Una mayor dotación presupuestaria a la Sanidad Pública Madrileña conseguiría una doble finalidad: No anticipar el final biológico de los madrileños más desfavorecidos (existe una relación directa entre esperanza de vida y calidad de atención sanitaria, entre otros factores de índole económica) y por otra parte atender futuras-próximas eventualidades pandémicas y/o endémicas de mejor manera, algo que debe ser el objetivo de cualquier representante de la ciudadanía, máxime cuando ese representante enarbola el término POPULAR.