El desprestigio generalizado de las instituciones políticas ha ido calando en las instituciones jurídicas. Nunca han sido perfectas y siempre ha habido criticas, pero ahora a los jueces tampoco parece importarles dicho desprestigio. Día sí, día también, asistimos a decisiones jurídicas sorprendentes, indignantes y en ocasiones claramente injustas. Antes también ocurría, no es nuevo, pero ahora se hace sin ningún disimulo. Incluso es habitual que instancias superiores europeas critiquen, corrijan o incluso anulen decisiones de los tribunales españoles. Eso que antes causaría vergüenza a cualquier juez, ahora se ha normalizado.

El último caso de esta espiral de desprestigio es la propuesta de Enrique Arnaldo al Tribunal Constitucional. Por supuesto nadie espera ya que los jueces propuestos por partidos políticos sean independientes, pero la exigencia mínima de parecer, simplemente parecer, que merecen el puesto y que son jueces ejemplares, ya tampoco tiene importancia para PP o PSOE.

Algunos medios de comunicación se han referido al nombramiento de Enrique Arnaldo como una sapo del PP que el PSOE se tendrá que comer. Pero no, el sapo nos lo vamos a comer todos nosotros si no lo impedimos.

Pedimos a PP y PSOE que retiren la candidatura de Enrique Arnaldo al Tribunal Constitucional.