Reconquista, 10 de abril de 2022

                 Carta abierta: «Como ovejas sin Pastor»

         MANIFIESTO Y PETITORIO DEL PUEBLO DE DIOS.

    Somos parte del Pueblo de Dios que peregrina en la diócesis de Reconquista. Somos familiares y gente de bien, comprometida con la Verdad y la justicia; por la inocencia del padre Néstor Fabián Monzón.

    Usted, Señor Obispo, ha sido nombrado por el Papa Francisco con todo el peso de responsabilidad propia de la misión que se le ha confiado para ser nuestro pastor y guía. Así asumió esta misión como cristo Buen Pastor; servidor de todos.

    Queremos ser escuchados con el espíritu de la Asamblea Latinoamericana. Estamos mal como ovejas sin pastor; cansados de la apatía y complicidad con las injusticias de algunos miembros de nuestra Iglesia.

    Nos duele el silencio y la indiferencia, ante la injusticia con la que obraron con el Padre Néstor Fabián Monzón; inocente y preso, por una causa armada con mentiras y dichos. No queremos una Iglesia cómplice del poder corrupto, que se presta al accionar perverso y mediático de la justicia.

    Nos preocupa y nos da miedo la actitud diabólica del obispo Macín, como la del padre Jorge Duarte. Actitud maléfica disfrazada de mansedumbre y falso compromiso ciudadano. Lobos con piel de cordero, dejándonos así al acecho de cualquier maldad: como ovejas sin pastor.

    Somos parte de una mayoría que no le cree ni confía en Usted ni en la justicia mediática. Somos gente que creemos y sabemos que el padre Néstor Fabián Monzón es inocente.

    Pedimos y exigimos que la Iglesia escuche a la gente, para que Usted, Señor Obispo, no sea cómplice y en gran medida responsable de esta gran mentira. Creemos en la Verdad y en la justicia; y nuestra esperanza no claudica; la Verdad siempre sale a la luz. Pedimos que Usted sea testigo de la Verdad. La autoridad que no se pone al servicio de la Verdad se corrompe y deshumaniza. La Verdad de Cristo es la única que nos hace libres.

    Los bautizados tenemos la misión de trabajar en el mundo según los criterios del Evangelio y no escondernos bajo las estructuras eclesiales. Nos mueve nuestro compromiso ciudadano por la Verdad y la justicia. Por lo que apelamos a su conciencia responsable y denunciamos esta inaceptable injusticia; invocando la justicia y Misericordia del Padre Eterno.

    Le imploramos que se arrepienta ante Dios y ante el Pueblo de Dios porque creemos que su obrar no es conforme al Espíritu de Dios; ni de buen cristiano.

                             ¡¡¡Por Verdad y Justicia!!!