Los vecinos de diferentes zonas del área metropolitana de Barcelona estamos viendo con preocupación un cambio unilateral en la facturación del agua en nuestras viviendas, con el consiguiente encarecimiento de un servicio público esencial. Y necesitamos que se paralice esta actuación arbitraria y sin sentido, primero ante la empresa y luego introduciendo los cambios legislativos que lo eviten.

Aguas de Barcelona está comunicando que introduce un cambio en las bases por los cuales se fija la “quota del servei”, lo que popularmente se conoce como mínimos, pasando a aplicar un criterio propio respecto del nivel de consumo que cada vivienda requiere y el aumento que significa.

Para muestra un botón, mismo período del año, encarecimiento del 70% cuando el resto de las partidas relacionadas con el consumo no han variado.

Se trata de una decisión por la cual se pasa de facturar por caudales iguales o inferiores a 1,5 m3/hora de media, a otro que llega a los 4 m3/hora, sí, 4.000 litros por hora. O lo que es lo mismo para hacerlo más entendible, tener un caudal en un día igual a lo que cabe en una piscina de 10 metros de largo por 5 de ancho y por 1,90 metros de profundidad media.

Esta actuación no tiene fundamento en peticiones de los vecinos, en necesidades de más caudal, en problemas de falta de presión o cualquier otra razón que lo justifique desde la perspectiva de los afectados. Esta empresa privada aplica sus propios mecanismos en aquello que no le viene regulado como parte de la concesión vigente.

En un contexto como el actual, con sequía, con previsibles restricciones, con campañas de sensibilización hacia un consumo responsable, se puede entender que el exceso de consumo tenga penalización. Pero al contrario, se incrementa el “mínimo” de forma unilateral, sin que se hayan solicitado, sin haberse producido mejoras en la red de distribución, por lo que difícilmente se podrá suministrar ese caudal, no es necesario, no es el momento, y además en caso de hacerlo las instalaciones existentes no podrán asumirlo o tendrán problemas, averías y necesidad de introducir reductores.

Claramente es un despropósito, no tiene una base normativa generada desde la entidad concesionaria del servicio que justifique aplicar estos baremos (Ayuntamientos y Área Metropolitana de Barcelona), tampoco se ampara en criterios reconocidos por los colegios profesionales o en la normativa técnica de edificación.

Solicitamos tu apoyo y tu firma para decir BASTA a esta situación, para exigir la paralización inmediata de las acciones en marcha sobre vecinos por parte de Aguas de Barcelona y su congelación de nuevas actuaciones, salvo que ellos lo hayan solicitado, hasta disponer de una reglamentación concreta consensuada y aprobada por los representantes electos de la ciudadanía.

En paralelo, invitamos a las entidades y organismos públicos a la regulación específica y concreta al respecto, eliminando cualquier discrecionalidad y permitiendo que sea el propietario o inquilino quien decida, al igual que sucede con otros suministros esenciales, el caudal que quiere disponer, aumentarlo o reducirlo según sus necesidades.