En la Feria Mundial de 1904, que se llevó a cabo en St. Louis, Missouri, dos mil “personas primitivas” fueron exhibidas para demostrar la superioridad de los blancos americanos que habían evolucionado. No mucho antes, el zoológico de Berlín también había puesto en exhibición a una familia Inuit de Labrador. Casos similares se dieron en el zoológico de Bronx, en Stuttgart y en otros lugares ya entrado el siglo XX.

¿Cómo pudo una Feria Mundial del siglo XX, cuyo propósito era celebrar el progreso de la humanidad, exhibir a “pueblos primitivos” como si se tratara de un tipo de humanidad inferior? ¿Cómo pudo un grupo de seres humanos exhibir a seres humanos en un zoológico porque son “menos evolucionados”?

La respuesta a esta pregunta yace en tres órdenes del Vaticano del siglo XV, llamadas “Bulas Papales” que autorizaron a los reyes católicos “invadir, iniciar la búsqueda, capturar, vencer y dominar” las tierras de los pueblos indígenas y “reducir sus personas a esclavitud perpetua”.

El Vaticano en aquel tiempo promovía la creencia de que los no-cristianos o paganos eran “homo animales”, una forma básica de humano que tenía dos opciones: arrepentirse o sufrir todo tipo de indignidad y crueldad en el nombre de la cristiandad. Las Bulas Papales, basadas en dos tipos de humanos –uno predestinado a reinar sobre el otro– se convirtió en el sello de la Edad de la Conquista y el Descubrimiento, causando sufrimiento, muerte y desplazamiento de incontables millones de pueblos originarios, quienes aún hoy sufren los efectos.

Si miramos con honestidad aquellos crímenes que se han cometido contra los pueblos originarios –desde el comercio de esclavos de África hasta el desplazamiento forzado de los Cheyenne bajo el Acta de Remoción India de EEUU, incluyendo los crímenes de genocidio inspirados por el ‘requerimiento’, la esterilización desproporcionada de las mujeres de las Primeras Naciones de Canadá y la política de “Matar al Indio en la Etapa Infantil” de los colegios internados en el siglo XX, así como los fallos de la corte que señalan que los pueblos originarios son “meros ocupantes”, y el sufrimiento de los grandes Aborígenes de Australia y de los valientes pueblos Maorí– podemos reconocer la marca de esta “inequidad fabricada” que trata a tanta gente de forma distinta simplemente porque rinden culto a otro altar.

Por favor muestra tu apoyo pidiendo al Papa Francisco que revoque las Bulas Papales del Descubrimiento.

PAPA FRANCISCO, TODOS somos SERES HUMANOS

POR FAVOR, REVOQUE las BULAS PAPALES