En la cuenca del Biobío actualmente están operando un total de 11 centrales hidroeléctricas (y si pretende aumentar este número), que equivalen a cerca del 38% de la generación hidroeléctrica total del país. Ellas se localizan en las siguientes subcuencas: Río Laja (5), Río Duqueco (2) y Alto Biobío (3). En la subcuenca del Alto Biobío se localizan en la actualidad tres centrales, Pangue (1995), Ralco (1998), y Angostura (2012).

Actualmente está aprobada una cuarta denominada Central Rucalhue, comuna de Quilaco, Biobío. Quilaco ya genera una producción de energía que satisface las necesidades eléctricas de la localidad y no puede continuar interviniendo los ecosistemas ya dañados para producir electricidad que sólo se refleja en utilidades para las empresas, en este caso, una empresa estatal china.

El estudio medioambiental de la empresa, aprobado el año 2016, está completamente desactualizado y desconoce las normas del derecho internacional ambiental y diversos estándares internacionales sobre la implementación y operación de represas y otras grandes construcciones que deben considerarse al promover un proyecto de este tipo. Asimismo, desconocen, ignoran o simplemente violan las normativas con la complicidad de gobiernos cuyos intereses no son, precisamente, el bien común de todas y todos sino de grupos económicos de poder. Si este proyecto se lleva a cabo, producirá daños irremediables a todos los ecosistema existente del río Biobío, inundando la isla de las gaviotas, donde existen diversas especies de aves, sector balneario La Junta, donde se unen los ríos Quilme y Biobío, como también daños socio-culturales, produciendo contaminación que tiene impacto en la salud pública, costo que lo pagamos todos y todas con nuestros impuestos.

Existe una desinformación grave en la población respecto a estas problemáticas medioambientales, abordado por las instituciones que deben velar por el resguardo de una calidad de vida en un ambiente sano y libre de contaminación.