Debido al espigón creado en la desembocadura del Río Júcar en Cullera para evitar la formación de un estuario, se produjeron daños ecológicos al sur de la misma, al ocasionar una disminución total o parcial de los arenales de las afectadas, sufriendo las platjas de Tavernes un constante daño colateral y estando al día de hoy al límite de su desaparición. Cientos de viviendas ya son azotadas por el mar y se necesitan actuaciones rápidas, precisas y definitivas por parte de las instituciones que a sabiendas de donde viene el daño, no trabajan más que para remendar con aportaciones de arena inútiles y del todo ridículas una erosión continuada del mar.  AYUDANOS a conseguir una solución seria y definitiva.