Escribo como padre de dos niños, de 6 y 8 años. Lo hago porque parece que su pretensión es que mis hijos avancen en el currículo durante el tercer trimestre. Lo cual es… dañino. ¡Muy dañiño!

Y lo es porque habrá niños (probablemente con mejor punto de partida y padres más formados), que podrán avanzar con cierta “normalidad”, aprendiendo nuevos conceptos de forma consistente ¡qué alegría! ¡qué alboroto! Pero habrá otros muchos, muchísimos, que no podrán. Alumnos con más dificultades de aprendizaje. Padres de nula formación didáctica, incluso sin dominio de los contenidos curriculares ¿hablamos inglés? Esos niños no podrán avanzar, o si lo hacen será de forma pírrica. No se engañe.

Sería mucho mejor que los docentes pudiesen centrarse en intentar que las familias logren que los alumnos consoliden lo avanzado en este curso. Eso sí tendría sentido. Generaría menos estrés en todos y, si acaso, beneficio para los alumnos que han ido más despacio hasta marzo.

¡Ah! Espero que, en todo caso, no pretenda que haya una “3ª evaluación” ficticia, falsa, inútil, sencillamente “burocrática”. Sería una tomadura de pelo.

Declare ya que no habrá 3ª evaluación este año y que todos los alumnos de primaria promocionarán. Inste a los docentes a centrase en ayudar a las familias a que sus hijos no pierdan conocimientos en este medio año sin cole (de marzo a septiembre) y descargue de burocracia a la educación. Si siempre fue excesiva. Ahora es simplemente absurda.