El Departament d’Educació de la Generalitat de Catalunya abrió escuelas el pasado 14 de septiembre bajo el lema “Escoles obertes i segures”. A día de hoy, aunque docentes y alumnos de un grupo testen positivo en pruebas PCR, por norma no se confina a los grupos inmediatamente, facilitando así la proliferación del virus. Argumentan que con la mascarilla y la distancia social, los grupos pueden seguir asistiendo a centros educativos. A pesar que los docentes nos esforzamos en conseguir que el alumnado mantenga las distancias y utilice bien las mascarillas, eso no siempre sucede y darlo por supuesto es una irresponsabilidad. Además, cuando un docente da positivo en un test PCR, se le da la baja durante 8 días, al final de los cuales se reincorpora al centro educativo sin que se le realice otra PCR que confirme que ya es negativo. 

Estos procedimientos ponen en riesgo la salud de los trabajadores y trabajadoras así como también la de los alumnos y sus familiares, por lo que es urgente que se revisen estos protocolos para poder así, garantizar la seguridad de todas estas personas. 

Como docente, me veo con la obligación de dar a conocer esta realidad para que cada uno valore, según su criterio, si las escuelas y institutos de Catalunya son o no, espacios “seguros” para los docentes, los niños y sus familias. 

Es necesario que esta información sea conocida con la finalidad de promover un cambio en el protocolo de seguridad y conseguir que:

- Todos los contactos de un positivo se realicen pruebas PCR.

- Ante la presencia de un positivo en un grupo, éste quede confinado hasta que todos sus miembros testen negativo.

- Se realicen test a los docentes de baja por COVID y que no se reincorporen a su puesto de trabajo hasta dar negativo.

Estas peticiones se ajustan a lo que la población imagina que está sucediendo, pero la realidad, es muy distinta. Necesitamos movilizar esta petición para conseguir que la salud de todas y todos esté a salvo.