La Cefaleas en Racimo, Cluster o Cefalea de Horton, enfermedad de las denominadas “raras” no se le hace el caso que merece, aun estando considerada por la ciencia médica el dolor más fuerte que una persona puede soportar antes de perder el conocimiento.

 Esta enfermedad supone al que la padece una gran interferencia en su esfera sociolaboral, provocándo en muchos de los casos una incapacidad grave, incurable y permanente e imposibilitándo el desarrollo de todo tipo de actividad laboral y social. No existe tratamiento medicamentoso ni quirúrgico para la curación de la cefalea en racimos, solamente tratamiento abortivo del dolor de altísimo coste económico (triptanes) haciendo que muchos de los enfermos no puedan costearse estos tratamientos de ahí que muchos no soporten el dolor y el nombre de "cefalea del suicida" con la que también es denominada este justificado.

Muchos profesionales médicos desconocen las pautas a seguir cuando un enfermo de cefalea en racimos acude al servicio de urgencias, por lo que es necesario un protocolo de actuación. Exigiendo además que los facultaivos prescriban a los enfermos oxígeno domiciliario, por ser el abortivo más eficaz para paliar los dolores.

Es inconcebible que una enfermedad considerada invalidante e incapacitante por la OMS sea tan banalmente calificada por las autoridades sanitarias del trabajo y la seguridad social españolas y el no reconocimiento de estas limitaciones importa un claro acto de discriminación por lo que se torna ya indispensable que sean objetivamente reconocidas y legisladas. (Petición iniciada hace 7 años por Alberto Aznar)