Una mujer caradura tiene más derechos que una trabajadora. No es cuestión de género.

Una mujer caradura tiene más derechos que una trabajadora. No es cuestión de género.
Por qué es importante esta petición

No es cuestión de género, es cuestión de caradura.
Soy una mujer de 54 años, separada desde hace 18 años, que ha sacado adelante a sus hijos con muchísimo esfuerzo y sacrificio, y por circunstancias que no vienen al caso, sin demasiado aporte económico de mi exmarido.
Con muchísimo sacrificio y esfuerzo compré un piso como ahorro. Sacrifiqué vacaciones, caprichos, mil cosas, con la idea de que el alquiler fuese una ayuda a que mis hijos estudiasen unas buenas carreras y que de cara a mi jubilación pudiese tener un ingreso extra que me recompensase todos los esfuerzos realizados.
Me encuentro ahora con una situación de total impotencia.
La agencia que me gestionó la búsqueda del inquilino, no realizó ningún estudio económico, aunque me dijeron que sí cumplía el perfil, y a los dos meses de entrar en la casa, ya no pagaba. Así llevo un año.
Pido que las inmobiliarias asuman sus negligencias, y paguen por los daños y perjuicios generados.
La inquilina es mujer separada, igual que yo, y con dos hijos, como yo.
Ahora alega vulnerabilidad, y digo yo. ¿yo no soy vulnerable?
Es vulnerable porque es mujer y separada, ¿Y YO? También lo soy, y ¿Quién me protege?
Sus impagos han hecho que me endeude, que tenga que hacer horas extras y hacer aún más esfuerzos de los que ya hacía. Me está llevando al límite físico y psicológico, afectándome a todos los aspectos de mi vida.
Está claro que el que se esfuerza y trabaja es vapuleado, favoreciéndose al vago y cara dura.
¿A donde pretendemos llegar como país?
Una justicia lenta, no es justicia. Desahucios Justos y rápidos
No es cuestión de género, es cuestión de caradura.