Independientemente de quién gobierne, de posibles cambios o derogaciones de la LOMCE o de que se esté de acuerdo o no con su propia existencia, no deben ser las universidades las que organicen, determinen o evalúen dicha prueba, ni siquiera siguiendo las directrices generales que les marque el Ministerio de Educación, sea total o parcialmente.

Esta prueba (40 %), que permitiría obtener el título de bachillerato, junto con el expediente en esta etapa del alumno (60%), no debe estar fuera de las competencias de los institutos de educación secundaria y de sus profesores. Es necesario frenar la actual voluntad del Ministerio que pasa por apoyarse en las universidades para salir del embrollo en que se encuentra.

Sería la primera vez en nuestro país que la obtención de este título se hace depender de las universidades, teniendo en cuenta además que no todos los alumnos de bachillerato tienen por qué continuar estudios superiores.

La solicitud de refrendo de esta propuesta se dirige a todos aquellos que por un motivo u otro, profesionales o académicos, ya sean profesores, padres, madres o alumnos, se vean afectados por la misma, ahora o en el futuro.

En última instancia además con la intencionalidad de que los partidos políticos de cara a las próximas elecciones dejen explicitadas sus posturas respectos a esta cuestión concreta, sin ampararse en posturas genéricas de aceptación o rechazo a la LOMCE