Uno de los grandes problemas que aquejan a las comunidades del litoral central de la Región de Valparaíso, es la falta de oportunidades para acceder a la Educación Superior. A pesar de la enorme importancia económica como puerto y de la cercanía con la capital, en nuestro territorio no existen universidades, solo unos pocos centros de formación técnica que restringen severamente las oportunidades de desarrollo profesional de las y los jóvenes que egresan de enseñanza media, quienes están obligados a emigrar o, si la situación económica familiar, viajar cada día a Santiago. ¿Es que las y los jóvenes de Litoral Central no puede aspirar más que a integrar la fuerza laboral y productiva desde el nivel técnico?

Nuestra provincia carece del impulso al desarrollo cultural y social que una institución académica representa. Incluso desde el punto de vista de preservar la identidad local: no es posible que lo más atractivo del borde costero de de San Antonio sea un mall… Soy Jessica García Phillips y como educadora asumo la responsabilidad de impulsar este proyecto, no basta con esperarlo del gobierno de turno. Ya hemos visto durante demasiado tiempo que eso no ocurrirá.

Durante el segundo mandato de Michelle Bachelet se impulsó la creación de dos nuevas universidades estatales: las de las regiones del Libertador Bernardo O’Higgins y de Aysén, proyectos desarrollados bajo la tutela de la Universidad de Chile. El profesor Andrés Weil, quien lideró el diseño de la Universidad de Aysén, afirma que esa experiencia puede replicarse en San Antonio, a partir de un Plan Maestro que se ordenó en tres ideas fuerza: institución ecológica en el tratamiento del territorio; acogedora en las relaciones humanas y expresiva de la identidad regional en lo arquitectónico.