Soy Pilar y hace 5 años, estando embarazada de mi hija, entré al hospital a dar a luz y me arruinaron la vida. Fui víctima de violencia obstétrica. 

Los 7 días antes del parto estuve yendo al hospital todos los días porque me encontraba muy mal, tenía programada una cesárea que se negaban a hacerme y me mandaban a casa diciendo que era primeriza y “una quejica”. Finalmente tuvieron que llevarme de urgencia al quirófano. Al no poder sacar a mi niña, ni con cesárea, porque ya era demasiado tarde, ni con fórceps, se echaron varias personas encima de mi, empujando por la fuerza bruta, hasta que la sacaron a presión provocando muchísimas lesiones a mí y a mi hija, que acabamos las dos ingresadas, mi hija en la UCI. Esto no habría sucedido si no hubiéramos sido víctimas de violencia obstétrica, por favor firma aquí para que se haga justicia y paguen por los daños que me han ocasionado.

Después del parto me dolía todo. Traumatología me despachó en minutos sin ninguna prueba, diciendo que “era normal” porque había sido un “parto complicado”, los dolores continuaron y les volvieron a avisar pero ni siquiera volvieron a verme. A los 9 días me dieron el alta, pero no podía mantenerme en pie. Tuve que volver al hospital por los dolores y porque no podía andar me hicieron una resonancia, pero nadie en el hospital quería darme los resultados de la prueba, ni citarme con un traumatólogo. Meses después, deprimida y en la cama, descubrí todo lo que me habían hecho: tenía varias fracturas y lesiones, aunque me operaron varias veces (en este hospital y otro privado) ya era muy tarde para solucionarlo, habían pasado 14 meses, tenía que aprender a vivir con dolor y con las secuelas. Sé que no soy la primera mujer en pasar por algo así. En España 2 de cada 3 mujeres sufren violencia obstétrica e incluso somos el primer país condenado por la ONU por este tipo de violencia. Firma y comparte esta petición para pedir al Ministerio de Justicia y al Ministerio de Igualdad una ley que sea más justa con los que cometen violencia obstétrica y las víctimas tengamos vías judiciales más fáciles.

Con la poca fuerza que me quedaba decidí buscar justicia y denunciar, pero desestimaron mi demanda y me condenaron a pagar las costas del juicio y de las partes contrarias. Tengo que vivir con dolores, con las secuelas físicas y psicológicas de que uno de los días más importantes de mi vida se haya convertido en una pesadilla y también perder dinero en juicios, abogados, peritos, operaciones, terapia… No hay justicia para nosotras.

Tras compartir lo que viví me he dado cuenta de que hay muchas más historias como la mía. He escuchado cientos de testimonios de mujeres a las que este tipo de violencia y malas praxis les han costado la salud física y mental, y que además tampoco han obtenido justicia. Somos muchísimas las que hemos sufrido violencia obstétrica y esto tiene que terminar. Por eso pido justicia y reconocimiento para las víctimas de violencia obstétrica. Que nos paguen por los daños ocasionados y que nuestro sufrimiento no se repita. Apóyame firmando esta petición.