Solicitud de pronunciamiento de las directivas UPN ante graves acusaciones a profesorxs

Solicitud de pronunciamiento de las directivas UPN ante graves acusaciones a profesorxs
¿Por qué es importante esta petición?

COMUNICADO PÚBLICO
Ante la aparición en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) de un sediciente escrito autodenominado: “ventilador pedagógico”, quienes suscribimos este comunicado, expresamos nuestro rechazo y preocupación por las expresiones estigmatizantes y amenazantes que se realizan contra lxs docentes Luisa Natalia Caruso, Piedad Ortega y Helberth Choachí, profesorxs de planta de la Universidad Pedagógica Nacional.
El autonombrado escrito “ventilador pedagógico”, sale a la luz pública el 20 de octubre de 2021, a través de un perfil falso en redes sociales y por mensajes de whatsapp. Dicho escrito aparece después de que las profesoras Luisa Natalia Caruso y Piedad Ortega, anunciaran su postulación a la representación profesoral en el Consejo Superior Universitario de la UPN, en la cual plantean su compromiso con la defensa de la universidad pública, el fortalecimiento de la autonomía y democracia interna, así como la dignificación de la labor docente.
Este hecho asocia al escrito, dentro de la cuestionada práctica fascista por descalificar al adversario político a través de la deslegitimación pública basada en acusaciones falsas e imprecisas. El malintencionado texto realiza falsos cuestionamientos de corrupción, sin ningún tipo de sustento, al mejor estilo de las noticias falsas que desde posturas de poder hegemónico, intentan desestabilizar y deslegitimar las posturas críticas y alternativas. Este tipo de escritos se han constituido en una práctica utilizada para amedrentar y callar las voces críticas dentro de la comunidad universitaria, ocasionando el exilio académico forzoso de docentes y el enmudecimiento de muchos de los colegas universitarios.
En un intento de silenciar a la academia crítica e intimidar a lxs mencionadxs profesorxs que vienen acompañando y denunciando los montajes judiciales -como en su momento lo hicieron con el profesor Miguel Ángel Beltrán, quien falsamente fue sindicado por el Estado colombiano de ser ‘Jaime Cienfuegos’- se reviven estos perversos señalamientos, lo cual es otra forma de reproducir en el campus universitarios las prácticas genocidas que el Estado y su paraestado han aplicado a la oposición social y política en Colombia.
Como lo demostró el Tribunal Permanente de los Pueblos (2021) al condenar al Estado colombiano por prácticas genocidas continuadas, éstas han significado el borramiento simbólico y el asesinato a quienes defienden el pensamiento crítico y cuestionan el statu quo; lo cual rompe -a través del terror- las relaciones de confianza, autonomía y cooperación que se tejen alrededor de proyectos e ideas contra-hegemónicas.
De otro lado, llama la atención la forma peyorativa en que se usa las categorías de “defensor de derechos humanos” y “líder de paz”. Este tipo de menciones, que se suman a las acusaciones falsas, parecieran evidenciar un interés de fondo en deslegitimar a lxs tres profesorxs, en razón a su compromiso y activismo en la defensa de la paz, los derechos humanos y el pensamiento crítico. Una motivación que se torna altamente preocupante no sólo porque criminaliza actividades legítimas y constitucionalmente consideradas como derecho y deber de toda persona; sino porque reproduce en un escenario académico (que se supone el escenario natural de la libertad del pensamiento), la doctrina del enemigo interno, en un contexto de incremento ostensible de las violencias contra quienes disienten, cuestionan, denuncian y protestan contra el orden establecido. Pero además, no se puede pasar por alto que escritos estigmatizantes, condenatorios y calumniosos semejantes a éste, han aparecido en las Universidades Públicas (Universidad del Cauca, Universidad de Antioquia, Universidad de Córdoba, Universidad del Atlántico, etc.) instalando un discurso genocida del cual han sido víctimas muchxs profesorxs de este país, que de manera sistemática han padecido las estrategias de eliminación material, simbólica y política por ser defensorxs de derechos humanos, asumir la paz como principio categórico, ético-político y el pensamiento crítico como existencia vital.
Escritos como el “ventilador pedagógico”, ponen en riesgo -nuevamente[1]- la vida y la integridad personal de las profesoras Luisa Natalia Caruso, Piedad Ortega y del profesor Helberth Choachí y sus familias, además que atenta contra la existencia, autonomía y enfoque crítico de programas y escenarios como el CPAZ, (Centro de Educación para la paz), el Observatorio de Derechos Humanos, la Cátedra Paulo Freire, el Semillero de Investigación en Pedagogías Críticas, Memorias y Alteridad, los Grupos de Investigación: América Latina: Transformaciones, Dinámicas, Políticas y Pensamiento Social’, Educación y Cultura Política, Polifonías de la Educación Popular y Comunitaria, la Mesa Amplia Nacional de Profesores y Profesoras de Universidades Públicas (MANPUP), la Asociación Sindical de Profesores Universitarios (ASPU – UPN), en dónde la paz, los trabajos con la memoria histórica, los Derechos Humanos, la defensa de la universidad pública, entre otros asuntos, se han posicionado como ejes transversales en dinámicas formativas al interior de la Universidad y en colectivos, grupos de trabajo de la CLACSO, redes interinstitucionales, etc. En todos estos espacios, estxs profesorxs, de forma colectiva, con un equipo de maestros y maestras han liderado estos procesos.
Dada la gravedad de este tipo de acusaciones y las impredecibles consecuencias que puedan tener, solicitamos a las directivas de la Universidad Pedagógica Nacional: Rector, Leonardo Fabio Martínez, Vicerrectores, John Harold Córdoba (Vicerrector Académico), María Isabel González ( Vicerrectora de Gestión Universitaria), a las Representaciones Profesorales de los Consejos Superior y Académico (Profesores Ricardo Franco, Alejandro Álvarez, Oscar Hernández y Jimmy Ramírez) y a los miembros de los Consejos Superior y Académico, se pronuncien con prontitud y sin paliativos sobre este escrito.
Pues este tipo de amenazas no pueden, de manera alguna, continuar haciendo carrera en nuestros espacios universitarios, ni en ningún otro, ni contra ningún profesxr, estamento y organización. Además de pronunciarse, solicitamos se surtan todas las actuaciones pertinentes para investigar la naturaleza y autoría de este nuevo hostigamiento contra los tres profesorxs, se adopten medidas -administrativas, políticas y jurídicas- eficaces para garantizar la vida e integridad de lxs mismxs y permitan garantizar el ejercicio de participación y oposición al interior de la Universidad Pedagógica Nacional.
Bogotá, 25 de octubre de 2021.
[1] Hace algunos años dos panfletos circularon en la UPN, haciendo asociaciones estigmatizantes contra el profesor Helberth Choachí y otros funcionarios, y posteriormente, la profesora Piedad Ortega, también fue víctima de amenazas contra su vida presuntamente por grupos paramilitares que operan de la misma manera como el panfleto del “ventilador pedagógico”.