La canchita no se toca

La canchita no se toca
Motiva la presente carta el habernos convocado las familias de la localidad de Bme. Bavio frente a la noticia de que pondrán juegos en la actual plazoleta del barrio Copagua, lugar que los niños y niñas de toda la localidad han elegido para pasar sus tardes utilizándolo como “potrero”.
Dicho espacio, que si bien desde su creación siempre ha sido habitado por los niños y las niñas del pueblo, a partir del nuevo barrio ha cobrado una relevancia sumamente importante en la vida cotidiana de todos los niños y las niñas de la localidad entera, concentrando en ella a todos sin distinción del lugar de procedencia (incluso de pueblos vecinos), género o edad. Además, las familias también sentimos la tranquilidad de que nuestros hijos y nietos se encuentran disfrutando libremente de la niñez privilegiada que otorga la localidad y a su vez contenidos y cuidados en un lugar seguro bajo nuestra mirada.
Han sido las infancias mismas quienes han elegido la plazoleta como su lugar de encuentro, juego y esparcimiento; lo hacen suyo todas las tardes, le eligieron un nombre, lo cuidan, juntan la basura. Ellos cuidan los arcos porque ese es el uso que le dan tarde a tarde: es su potrero, su lugar de pertenencia y encuentro.
Sin embargo, para una buena convivencia con los vecinos y para minimizar las molestias que los niños y niñas pudieran ocasionar hemos pensado que en lugar de los juegos colocaran una red de contención en las dos casas linderas a la plazoleta. Esta sugerencia, creemos, no significaría una gran inversión para el municipio pero sí un gran beneficio para los vecinos y sobre todo para las infancias.
Como familias de la localidad no queremos dejar de celebrar y agradecer los tan esperados y necesarios juegos, que sabemos por vivir aquí que serán mucho mejor utilizados y mucho más beneficiosos en la plaza principal, abriendo una oferta de otro lugar de esparcimiento no sólo para los niños del pueblo sino para las familias de la ciudad que vienen a pasar los domingos.
Por último, como familias de la comunidad queremos recalcar que transformar el espacio que los niños y niñas han denominado “la canchita de Archi”, es ir en contra de sus intereses y deseos, y en definitiva de su bienestar. Las normas internacionales y nacionales amparan los derechos de las infancias al juego, recreación, esparcimiento y deportes, considerándolos derechos humanos inalienables. Por lo tanto, es obligación nuestra como pueblo y de las autoridades ejecutivas y legislativas garantizar la permanencia de este lugar tan significativo. Su modificación implicaría no sólo un cambio de la forma de vida que todos practicamos y queremos todos los días, sino que es avasallar la identidad e idiosincrasia pueblerina que tenemos el privilegio de vivir y que como comunidad queremos defender en pos de la calidad de vida de las infancias de la localidad.
Por todo lo anterior, le imploramos una rápida atención de este problema elevando este pedido a las instancias que considere pertinentes para su favorable solución.