Adriana Aponte tenía 45 años cuando fue brutalmente asesinada y descuartizada el 27 de mayo del 2020, al dirigirse hacia su trabajo. Adriana era una honesta trabajadora, madre, esposa, hija, hermana, prima, sobrina, nieta y compañera de trabajo. Aún como familia no podemos comprender cómo nuestra querida Adriana encontró una muerte tan trágica a manos de un hombre que tenía antecedentes por acceso carnal violento y se encontraba libre.

En medio del dolor, vimos con gran esperanza que la Sijín y la Fiscalía avanzaron con celeridad en las investigaciones para determinar quién asesinó a Adriana. Luego de analizar más de 80 horas de video, descubrieron que Harold Steven Henao Solano fue el feminicida que la raptó, asesinó y descuartizó su cuerpo para luego dejarlo en bolsas de basura en el barrio La Victoria, al sur de Bogotá. Este hombre fue capturado en junio de 2020 y desde ahí empezó un tortuoso proceso para lograr justicia.

Los abogados de la defensa solo se han encargado de dilatar el caso, incluso dos abogados que representaban a este hombre fueron retirados del proceso por incumplir sus labores profesionales. Como si esto fuera poco, ignorando la contundencia de las pruebas que recolectó la Fiscalía y en las que se demuestra que este señor fue el feminicida de Adriana y es un inminente peligro para la sociedad, el juez 42 penal municipal con función de control de garantías ordenó la libertad de este hombre por vencimiento de términos. 

Realmente ustedes no se alcanzan a imaginar la indignación, desesperación y el profundo dolor que sentimos al saber que el asesino de Adriana está libre desde ayer. Nos sentimos re victimizados ante un sistema judicial completamente ausente que ha beneficiado sin ningún tipo de vergüenza a un feminicida por encima de sus víctimas.

Desde ayer, por la decisión de un juez, un feminicida está libre en las calles de Bogotá, poniendo en peligro más vidas de mujeres inocentes, mientras la memoria de Adriana Aponte no es honrada, pues no se ha hecho justicia.

Por eso hoy como familia decidimos romper el silencio y pedirles ayuda para que todo el país se entere de esa injusticia. Necesitamos que las autoridades judiciales nos escuchen y acepten la apelación en el caso para que este feminicida NO recobre su libertad y enfrente la máxima pena por el terrible asesinato de Adriana. Es lo mínimo que esperamos como familia, en un caso en el que la Fiscalía ha podido demostrar de forma contundente la culpabilidad de este hombre.

Sabemos que nada nos devolverá a Adriana, pero lo único que podemos hacer es continuar luchando sin descanso hasta lograr justicia por su memoria. Ya una vez Harold Steven Henao Solano, se libró de la cárcel y hoy nuestra familia llora la partida de este mundo de una gran mujer. No queremos que esta historia la tenga que vivir ninguna otra familia. 

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