Desde ayer hay una polémica por una disposición del Instituto de Salud Publica para la venta de pastillas anticonceptivas: si queremos comprarlas, nos están exigiendo que tengamos una receta médica. Se espera que en caso de no tenerla la compra presencial incluya a un químico farmacéutico que orienta, pero comprando por internet o aplicaciones de delivery nadie te ayuda y se exige la receta para compra. Toda persona que ha comprado pastillas sabe que esta prevención no es real.

La situación sanitaria y las restricciones impiden aún más acceder a consultas médicas para conseguir recetas. Además, el costo en plena crisis económica hace que muchas mujeres hayan visto disminuidos sus ingresos, por lo que acceder a un especialista se vuelve más complicado.

Soy mamá, he planificado mi vida y actualmente no tengo deseos de ser madre nuevamente. Tomo la pastilla hace tiempo y me parece que estoy en mi derecho de disponer de lo necesario para planificar mi vida como quiero. Me parece un atropello que el Estado ponga trabas a la anticoncepción y a las decisiones que las mujeres tomamos sobre nuestros cuerpos.

Además, hay muchísimas personas que toman pastillas porque tienen enfermedades cuyo tratamiento las incluye. No solo es un atentado a la decisión de cada una, sino un riesgo para todas esas personas con enfermedades.

La cuarentena es un momento difícil para todas, con un aumento en los casos de violencia y los cientos de embarazos no deseados porque se ha restringido el acceso a los métodos anticonceptivos. No podemos avalar que sigan violando nuestros derechos a definir nuestras vidas!

Exigimos que el ISP elimine la disposición para que las farmacias vendan pastillas anticonceptivas sin necesidad de recetas médicas. El ISP debería adaptar su normativa a la contingencia facilitando el acceso a los medicamentos y no propendiendo a las compras presenciales en contextos donde las medidas sanitarias buscan disminuir la movilidad para disminuir los contagios.