Nuestra madre, tía, hermana y abuela, Myriam Stella Romero, sufre de leucemia y desde el año pasado se encuentra en tratamiento. Incluso desde antes de ser diagnosticada con esta enfermedad, como muchos otros colombianos, ha tenido que padecer la indolencia de Coomeva EPS. Han sido muy largas las semanas que ha tenido que pasar en la silla de un hospital, con dolores insoportables, a la espera de atención médica. Recientemente, el último diagnóstico dado por la Clínica Marly de Bogotá determinó que para salvar la vida de Myriam es necesario realizarle un trasplante de médula ósea de forma urgente e inmediata para que así tenga la oportunidad de recuperarse y seguir con su vida. A pesar de ello, la EPS no ha querido autorizar los exámenes de compatibilidad para determinar si alguno de los familiares podemos ser donantes. Myriam ya lleva más de 10 días en un hospital en Zipaquirá, aunque ella vive en Villavicencio. Durante estos días ha permanecido postrada en la cama, sin la posibilidad de recibir visitas de sus familiares cercanos y a la espera del medicamento necesario para su quimioterapia, medicamento por el que nadie en el hospital responde o da razón. Ella está muriendo en frente a los ojos de todos y aún así, nadie hace nada. Desde que fue diagnosticada, Myriam no ha vuelto a tener una vida normal. Su salud y su espíritu se encuentran muy deteriorados. Ha tenido que dejar a sus hijos y a su familia para estar en Bogotá de hospital en hospital, rogando por un servicio, rogando por su vida. ¿De verdad tenemos que pedir, rogar y sufrir por el sagrado derecho de vivir?   Cada vez que le dan una habitación sentimos miedo, porque siempre, al día siguiente, la quieren sacar, le niegan la atención, le dicen que no hay convenio y que Coomeva EPS no responde y no paga. Entonces, inicia de nuevo el carrusel de la muerte, la trasladan de hospital en hospital con tal de no atenderla. Como si esto fuera poco, las autorizaciones de las órdenes médicas para cualquier cita, exámen o medicamento son ETERNAS. Tenemos un proceso de tutela y sobre ella varios incidentes de desacato que ni siquiera han sido contestados por la EPS, por lo cual ni dan respuesta ni agilizan los trámites. No es un secreto para nadie que el cáncer es un enemigo silencioso y muy veloz, por eso hemos decidido iniciar esta petición para exigirle a Coomeva EPS y a la Superintendencia de Salud una respuesta médica inmediata, así como un tratamiento adecuado y oportuno para nuestra Myriam. No puede ser posible que su vida esté en riesgo por la negligencia de terceros. Firma y comparte esta petición #PorLaVidaDeMyriam. Coomeva EPS debe dejar de jugar con la vida de los pacientes, y la Superintendencia debe impedir que continúe esta desidia.